El oasis catalán
Manifestación
La política lingüística de la Generalidat está al servicio de un nacionalismo identitario que convierte la lengua catalana en el eje vertebrador de la denominada construcción o reconstrucción nacional de Cataluña
Los defensores de la escuela bilingüe convocan a una manifestación que exige que el castellano o español sea también -como reiteradamente indican los Altos Tribunales desde 1994- lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña. La respuesta del consejero de Educación de la Generalitat de Cataluña, ... Josep Gonzàlez-Cambray, en la presentación del inicio del actual curso escolar: «Ningún aula aplicará el 25 por ciento de castellano este curso». El consejero aprovecha la coyuntura para recordar que el curso pasado, ante «las injerencias judiciales», se activó un «pacto de país» dirigido a reforzar la presencia del catalán en todo el sistema educativo y que «se seguirá avanzando en este objetivo de país». El nacionalismo catalán, empeñado en su particular proceso de imposición y substitución lingüística, ni siquiera acepta el 25 por ciento de lengua castellana o española en la enseñanza.
Todo ello ocurre porque la política lingüística de la Generalidat está al servicio de un nacionalismo identitario que convierte la lengua catalana en el eje vertebrador de la denominada construcción o reconstrucción nacional de Cataluña. Una política lingüística que impone, subrepticiamente o no -normalización lingüística, inmersión lingüística, incumplimiento sistemático de las resoluciones de los Altos Tribunales-, la lengua catalana en detrimento -discriminación, marginación, exclusión o sustitución- de una lengua castellana o española que, además de ser la más hablada en Cataluña, es la lengua oficial del Estado y cooficial de la Comunidad Autónoma. Una política lingüística que colisiona con la legalidad vigente en España y con los usos de la política lingüística de la práctica totalidad de la UE.
Una auténtica cruzada sociolingüística -de carácter centenario: la obsesión que no cesa- que va a la caza y captura del castellano o español desde el siglo XIX. Contra esa imposición, a favor de la ley y en pro del derecho de elección de lengua, sale la gente a la calle.