En libertad Amarouch Azbir, detenido junto a Badaoiu por supuesta amenaza a la seguridad nacional

Azbir, que ha prestado declaración este sábado durante siete horas ante el citado juzgado, se encuentra pendiente, al igual que Badaoui, de que la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional resuelva el recurso de su defensa sobre la deportación, después de que la misma instancia judicial rechazase suspenderla. Hasta entonces, como medida cautelar, tendrá que comparecer en sede judicial tres veces por semana.

Hace más de 20 años que el activista marroquí, presidente de la asociación Al-Forkan de Vilanova, vive en España. Cuando solicitó la nacionalidad y le fue denegada, presentó un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional y el pasado julio le comunicaron la orden de expulsión, bajo acusación de haberse radicalizado.

Su letrado Iván Jiménez Aybar, que denuncia no haber tenido acceso a los informes que así lo señalan, ha indicado que su puesta en libertad pone de manifiesto que Azbir no supone ningún riesgo para la seguridad nacional y denuncia la diferencia de trato a Badaoui, que se encuentra en el centro de internamiento de extranjeros (CIE) de Barcelona, después de declarar ayer ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Reus. Allí puede permanecer un máximo de 60 días, pendiente de la ejecución de la orden de expulsión, que sigue vigente.

En su caso, la Policía le atribuye «la realización de adoctrinamiento en su comunidad con difusión de postulados radicales proyihadistas» y le sitúa como «uno de los principales referentes en España del salafismo más ortodoxo». También que «predica, con una influencia tal, que desde su llegada se ha producido un aumento del radicalismo en la región de Tarragona a causa de su discurso».

La orden de expulsión contra ambos fue dictada por la Secretaría de Estado de Seguridad el pasado 14 de septiembre.