El independentista que perdió un ojo en el 1-O devuelve la Cruz de San Jordi que recibió al sentirse decepcionado por la amnistía

El activista catalán perdió la visión de un ojo tras el impacto de una pelota de goma. No obstante, fue investigado por el juez y mandado a juicio en varias ocasiones, junto a 4 policías nacionales, tras filtrarse unas grabaciones en las que se le ve arrojando una valla metálica contra los agentes, que no sufrieron lesiones.

Precisamente fue su participación en el referendum ilegal de 2017, junto a su pareja, Nati, la que hizo que fuera condecorado con la Cruz de San Jordi, máxima distinción concedida por el 'Govern', apenas un año después. Durante su discurso, Español pidió a todas las personas que acudieron a los colegios a votar y, sobre todo, a los políticos independentistas que no efectuasen «ningún paso atrás». Algo que, a su juicio, ha ocurrido con la amnistía concedida por Pedro Sánchez.

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Desencantado con esta medida que hizo que el líder socialista consiguiera los votos de los siete diputados de Junts en su investidura, «después de haberle dado muchas vueltas» y «con mucho pesar», ha decidido ahora devolver el galardón al Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña. Algo que aún no ha podido hacer, ya que no le contestan a los correos.

«Siempre he creído que ese día [el 1-O] no sólo se votó a una pregunta, sino que también se votó una forma de hacer y un camino muy claro sobre 'cómo' teníamos que llegar al objetivo», ha arrancado Español la exposición de sus motivos en X. Una senda rota y «posicionamiento político valiente e insumiso» del que «ya no queda nada», dice.

Prosigue este 'héroe' del referéndum ilegal, con firmeza y visiblemente decepcionado con el rumbo del discurso de los de Carles Puigdemont y demás figuras independentistas, alegando que, desde su punto de vista, «la única utilidad práctica de aquel 1-O era el proceso judicial contra los policías del 'A por ellos', y así poder iniciar otros caminos jurídicos fuera de España para buscar justicia y reparación».

Y sin embargo, esta amnistía que han «priorizado», reduce la violencia del Estado español a «práticamente nada»: «Una lucha que debía ser colectiva se ha convertido en una solución (o no) personal», sentencia. Por todo ello, «ya no tiene sentido» ostentar tal reconocimiento, que ahora considera una «carga»: «Tengo que encarar un juicio contra aquellos que vinieron a autonomizarnos por la fuerza y ​​quiero ir bien ligero, sin cargas».