Segundo avión patera en España: 28 personas huyen en Barcelona tras forzar un aterrizaje
Una mujer simuló estar de parto en un vuelo procedente de Casablanca con destino Estambul
Barcelona
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Iniciar sesiónMiércoles. 4.30 de la madrugada. El vuelo PC652 de la compañía aérea turca Pegasus, que se dirige con 228 pasajeros a Estambul desde Casablanca (Marruecos), solicita permiso para aterrizar en Barcelona. Una mujer ha roto aguas a bordo y necesita ser atendida. Los ... servicios técnicos del aeropuerto dan luz verde al aterrizaje y se pone en marcha de inmediato el protocolo pertinente. A la pista acuden dos patrullas de la Guardia Civil, una de la Policía Nacional y una ambulancia. Los servicios médicos se preparan para atender a la parturienta, que ha conseguido que el vuelo se desviara cientos de kilómetros de su ruta convencional.
Todo resulta ser una mentira. Un plan para burlar la frontera entre Marruecos y España por el aire. Cuando se abren las puertas del avión, 28 de los pasajeros saltan y se dispersan por la pista. Según informa la Delegación del Gobierno, las fuerzas del orden consiguen detener a la mitad. Pero 14 escapan entre la oscuridad del aeropuerto. Una zona extensa y desolada, rodeada de vías rápidas y marismas. Entre los detenidos, cinco vuelven al avión de forma voluntaria. Mientras que para el resto se ha iniciado el proceso de inadmisión de retorno. Esto incluye a la mujer supuestamente embarazada, que fue trasladada al hospital pediátrico Sant Joan de Déu, donde se comprobó que, en efecto, no había roto aguas.
Al cierre de esta edición, doce de los catorce fugitivos continuaban en paradero desconocido, mientras que los Mossos habían detenido a uno de ellos fuera del aeropuerto y la Guardia Civil a otro, que seguía escondido dentro de las instalaciones. Según informó 'La Vanguardia', algunos inmigrantes accedieron durante su escapada a la empresa Gargopark y Fedex, en el polígono contiguo al aeropuerto. Otro grupo, que logró acceder a la C-31, trató incluso de detener vehículos en marcha pidiendo sin éxito que los llevaran lejos.
No es la primera vez que un grupo de inmigrantes tratan de entrar en España usando este procedimiento. Una técnica muchísimo menos arriesgada que echarse al mar durante días en una precaria embarcación. En noviembre de 2021, el aeropuerto internacional de Palma de Mallorca tuvo que paralizar su actividad por la presencia incontrolada de un grupo de pasajeros en las pistas. Huían de una nave que solicitó un aterrizaje de emergencia, también por una falsa urgencia médica a bordo. Se trataba de la aerolínea Air Arabia Maroc, que, como lo sucedido ayer en Barcelona, realizaba la ruta Casablanca-Estambul.
En aquella ocasión, uno de los pasajeros habría afirmado encontrarse indispuesto de gravedad, lo que obligó al comandante, según las reglas internacionales de navegación aérea, a realizar un aterrizaje en el aeropuerto mallorquín. Una vez en tierra, y mientras se esperaba la llegada de la ambulancia, un grupo de veinte abandonaron la aeronave y se desperdigaron a la carrera por las pistas. El pasajero fingió un coma diabético.
Todo esto ocurría sobre las 18.00 de la tarde, a plena luz del día, a diferencia de lo ocurrido ayer en Barcelona. 25 minutos después fueron trasladados en ambulancia el supuesto enfermo, de 24 años, y un acompañante de 21, ambos marroquíes. Fueron atendidos en el Hospital Son Llàtzer, donde el menor de ambos intentó escapar.
La Policía Nacional atribuyó al grupo, formado en su mayoría por marroquíes, los delitos de sedición, entrada ilegal en España y desorden público. Comparecieron ante el juez el hombre que simuló un coma diabético, el joven que le acompañó en la ambulancia, un pasajero que agredió a un guardia civil que accedió al avión y el resto de fugitivos detenidos durante los días siguientes en los municipios de Marratxí y Palma.
Fugitivos
En el caso de Barcelona, la Policía Nacional, Mossos d'Esquadra y Guardia Civil trabajan en la búsqueda y detención de los 12 fugitivos, en una sucesión de acontecimientos que, después de lo ocurrido en Palma, evidencia una evidente brecha en la seguridad del control de fronteras. La ambulancia que acudió anoche en Barcelona para atender a la supuesta parturienta iba escoltada por la Guardia Civil y la Policía Nacional. Esto ocurrió por la actualización de protocolos y medidas que se adoptaron tras el incidente en 2021.
Los de Palma y Barcelona no han sido los primeros casos en los que se trata de acceder a España vía aérea. Método, quizá, poco ortodoxo, pero que ha demostrado, hasta cierto punto, su eficacia. A los doce fugitivos de anoche en Barcelona, cabe sumar los de Palma, donde tres de ellos lograron escapar.
Quizás como fórmula mucho menos ortodoxa, hasta creativa si se quiere, debe sumarse también el caso del paracaidista que logró sortear el pasado 2 de diciembre la doble valla que separa Melilla de Marruecos. Se trataba de la primera vez que un inmigrante ilegal empleaba esta forma para acceder a la ciudad española del norte de África. El paracaidista logró escapar de la Policía, que fue avisada sobre las 18.15 horas por dos ciudadanos que circulaban por una carretera próxima a la frontera y avisaron al centro operativo de seguridad (COS) de la Comandancia de la Guardia Civil, que se desplazó de inmediato hasta la zona, «pero no consiguieron localizar al inmigrante».
Durante la investigación de lo ocurrido en Palma, se demostró que el plan de entrada había sido orquestado a través de un grupo de Facebook, donde se unían decenas de jóvenes para hablar de cómo entrar en España a través de su espacio aéreo. Comentaban que les llevarían a una terminal donde solo habría un agente de seguridad privada que no podría impedir que huyeran. Todavía debe aclararse si los pasajeros que escaparon ayer en Barcelona se organizaron previamente o si la acción fue espontánea.
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