Ocho años del 'crimen de la peregrina': «Él piensa que va a poder engañar a la Policía y les lleva hasta el cuerpo»

Junto a los inspectores Carlos y Jesús, del grupo segundo de Homicidios de la UDEV, que consiguieron ganarse la «confianza» del asesino. Siempre tuvieron claro que era el responsable, pero no las pruebas. Su investigación da forma a 'El crimen de la peregrina', de Pablo Muñoz, redactor de sucesos de ABC, sobre esta historia radicada en León -donde ahondan sus raíces- de una desaparición -«las investigaciones más difíciles porque no hay escenario del crimen»- en la que el apremio por encontrarla con vida se sumó desde Estados Unidos el que fuera candidato a la Presidencia John McCain, que se interesa por el asunto y «presiona a la policía».

Desde el primer momento el asesino estaba en el punto de mira...

Desde el inicio hay una sospecha muy fuerte sobre el que luego es el asesino, pero lo cierto es que no había ninguna prueba directa que relacionase a Miguel Ángel Muñoz con Denis. Eso obliga a abrir muchísimo la investigación. Nunca se pierde el foco sobre él, pero obliga a estudiar perfiles de personas que estaban en el entorno, en la etapa en la que desaparece Denise. Eso sin contar con que podía haber sido una persona que pasase por allí.

Ello conjugado con las presiones de EEUU y con los medios de una Comisaría modesta como la de Astorga...

Involucró a toda la Comisaría, pero claro, eso es un trabajo que podían hacer a ese ritmo durante un mes. Además había que hacer determinadas investigaciones tecnológicas que ya estaban fuera de su alcance. La Comisaria pide ayuda a la Sección de Homicidios de la UDEV. En ese momento es cuando entran en acción los agentes del grupo segundo de la brigada, que empiezan a tener más iniciativa, a hacer todo tipo de gestiones y trazar el perfil de Miguel Ángel Muñoz.

Tras meses de investigación, en septiembre todo se precipita.

Se precipita tras una reunión en Madrid después de las vacaciones en la que acuden muchos mandos policiales y, por casualidad, va también la inspectora Patricia. El subdirector adjunto operativo de la Policía le traslada que haga las gestiones que considere oportunas y le informe. Patricia y el propio grupo segundo siempre habían pensado que había que mirar la vía económica, que al principio de la investigación se aparta porque les informan de que no iba a quedar ninguna constancia de un cambio de divisas de pequeña cantidad. Nada más volver a pasar a su esfera el centro de la investigación, Patricia lo retoma. Va a una sucursal cerca de la Comisaría y allí le confirman que este individuo unos días después de la desaparición de Denis había cambiado 1.132 dólares con una actitud extraña y mucha prisa. Habían hecho fotocopias de esos dólares por si habían sido producto de algún delito. Esto ya sí que era una prueba directa y se ordena su detención. Lo que sucede es que no está en casa. Se había marchado a pasar unos días de vacaciones en el Camino de Santiago.

Y estaba tranquilamente en una terraza en Asturias con otros peregrinos como a la que había quitado la vida.

Efectivamente. estaba con unos peregrinos con los que había coincidido y estaba haciendo esas etapas. En muy pocos segundos está en el suelo boca abajo y con los grilletes puestos.

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Él inicialmente les lleva al cuerpo, pero no confiesa ¿Cree que se puede librar?

Los agentes le convencen de que si no ha hecho nada no se preocupe, si sabe dónde está, por una cuestión de humanidad, que se lo dijera. Él piensa que va a poder engañar a la Policía y les lleva hasta el cuerpo. Hay dos declaraciones. En una primera dice que no ha matado a Denis y que sabía dónde estaba el cuerpo porque cuando andaba por esa zona olió un olor y pensó que podía estar allí.

¿Por qué acaba confesando?

Después de esa primera declaración tiene una entrevista con la forense para evaluar su estado de salud mental, se va poniendo nervioso y llega un momento en el que se derrumba y cuenta que se le acercó la peregrina y le preguntó por algo del Camino de Santiago y él la acompañó hasta que ella desconfía, él se enfada, coge un palo y la golpea en la cabeza.

Una de las dudas que siempre planeó el caso y nunca se confirmó ni descartó fue el móvil sexual.

Los investigadores están convencidos de que hay un móvil sexual, pero, claro, es indemostrable. No tiene mucho sentido que fuese un simple robo pero él nunca ha confesado y tampoco se ha podido demostrar.

Es uno de los grandes interrogantes, junto a las manos de Denise...

Nunca revela dónde están las dos manos. No se han encontrado. Durante la reconstrucción del crimen va llevando a varios sitios, pero la Policía en ese momento tiene la sensación de que les estaba tomando el pelo y de que no quería de ninguna de las formas que se encontraran esas manos. Es más, hay algunos de los investigadores que consideran que esas manos eran para él un trofeo.