La ministra Ribera vuelve a cargar contra Castilla y León por la despoblación: «Las cosas van fatal»
La vicepresidenta tercera aprovecha de nuevo una pregunta en el Congreso sobre otro territorio para criticar a la Comunidad
Mañueco, a Ribera: «O pide disculpas a Castilla y León o que dimita»
Valladolid
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Iniciar sesiónOtra vez, y ya van... De nuevo, la cita, para la crítica a Castilla y León. Estaba hablando de Alicante, como hace unos días la cuestión se focalizaba en principio en Asturias, pero la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y ... el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha vuelto a dirigir sus palabras a la que es la Comunidad más grande de España. Pero no lo ha hecho precisamente porque con sus más de 94.000 kilómetros cuadrados ocupe buena parte del mapa de España, sino para dirigir sus reproches a un Gobierno de signo opuesto al de PSOE y Unidas Podemos que mantiene a Pedro Sánchez en La Moncloa.
Con PP y Vox formando coalición en Castilla y León, casi no hay ocasión que Teresa Ribera pierda para cargar contra este territorio. La ministra que tiene entre sus competencias el Reto Demográfico ha vuelto este miércoles a recriminar los datos de habitantes en la Comunidad. Aprovechando una interpelación del diputado del PP por Alicante en el Congreso César Sánchez sobre este asunto, Ribera ha valorado que se está produciendo una reversión «muy importante» en las tendencias de la despoblación. Salvo, ha añadido, en Castilla y León, donde «las cosas van fatal».
Así, en declaraciones recogidas por Ical, ha criticado los «recortes» en maestros y aulas rurales, pediatras, médicos y personal de enfermería, así como el cierre de consultorios locales o su mantenimiento sin atención. Algo, ha sostenido la ministra, que alimenta la «terrible espiral» de la despoblación.
Frente a esto, ha sacado pecho por el plan del Gobierno para garantizar el acceso en menos de 30 minutos a los servicios públicos de las personas que viven en el medio rural. Además, ha defendido la importancia que tienen a su juicio los servicios públicos y la justicia social, frente a las «patochadas» de dirigentes del PP, en referencia a las palabras de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que, según ha sostenido, aseguró el pasado fin de semana en Valladolid que se trataba de un invento de la izquierda.
No es la primera vez ni el único motivo por el que Teresa Ribera ha arremetido en los últimos meses contra la Junta de Castilla y León y el Gobierno que encabeza el popular Alfonso Fernández Mañueco. El pasado fin de semana, en un acto de precampaña del PSOE en la localidad leonesa de Fabero también sacó su particular calculadora con las cuentas de los «recortes» en sanidad o educación en la Comunidad. «No puede ser», clamó entonces, a la vez que reivindicó que «necesitamos garantizar y ofrecer servicios básicos fundamentales para todos los habitantes, vivan donde vivan». «¿Cómo vamos a evitar la pérdida de población sin servicios básicos?, ¿Qué futuro ofrecemos a las personas jóvenes que quieran quedarse o instalarse?«, se cuestionó.
Llovía ya sobre mojado en las críticas en este sentido, pues a finales de abril, aprovechando también una pregunta en el Congreso del diputado de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, en materia demográfica arremetió contra la Junta de Castilla y León acusándola de «incentivar el abandono de los pueblos» al «cerrar ambulatorios y servicios educativos».
Se sumaban a las ya vertidas anteriormente sobre la misma cuestión, responsabilizando al Gobierno autonómico de «incentivar el abandono de los pueblos» al «cerrar ambulatorios y servicios educativos».
Que deje de «soltar bulos», reclamó entonces el consejero portavoz, Carlos Fernández Carriedo, quien consideró que Teresa Ribera parece tener «una obsesión enfermiza con Castilla y León». Que «cese el acoso hacia la Comunidad y sus habitantes, deje de hablar desde la mala fe y el desconocimiento y se dedique a solucionar los problemas de los ciudadanos», reclamó Carriedo.
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Más directo en su petición, aunque a tenor de lo ocurrido, sin éxito, fue el presidente, Alfonso Fernández Mañueco. «La ministra tiene dos opciones: o pide disculpas a Castilla y León o dimite», exigió a la vez que cuestionó si esa actuación de Teresa Ribera se debe a «desconocimiento, malicia o las dos cosas».
La despoblación es el último frente abierto por la vicepresidenta tercera con la Junta, con la que también ha habido enfrentamientos por el lobo o la estación de esquí de Navacerrada. Muy duras también han sido sus palabras en materia de lucha contra incendios tras un aciago verano de 2022. Responsabilizó al Ejecutivo autónomico de que con su política de lucha contra el fuego «pone en riesgo serio la vida de las personas».
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