Tiempo de reflexión

Si descendemos al terreno de Castilla y León para hacer una lectura política es un hecho que el PP de Mañueco sale, no reforzado, sino reforzadísimo del 23J, pues aporta 18 diputados y 27 senadores. Tampoco le ha ido mal al PSOE de Tudanca, que mantiene sus 12 escaños en el Congreso, aunque hace agua en el Senado. Quien se lleva la peor parte es el partido Vox de García Gallardo, que se lleva un revolcón morrocotudo al perder 5 de los 6 escaños que tenía -solo conserva el de Valladolid- y quedarse sin senadores. De Sumar ni hablamos, ni diputados, ni senadores y bajada de votos sobre Podemos-IU en las elecciones de 2019.

Aunque sabemos que no se pueden extrapolar datos y que cada elección es un mundo, es imposible no ver vasos comunicantes entre ellas y, en particular el descalabro de Vox es para analizar despacio. Puede que haya funcionado el voto útil, pero estoy seguro que también afecta el trabajo que realiza en la administración de Castilla y León, en no pocas ocasiones trufado de declaraciones y propuestas fuera de lugar que, no solo generan un debate innecesario y ponen en aprietos la buena imagen que siempre tuvo la región, sino que alejan a algunos de sus votantes como se viene demostrando en las últimas elecciones.

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PUNTO DE VISTA

Estrategias

Luis Jaramillo

Después del 23J y a la espera de acontecimientos, Mañueco sale muy reforzado como presidente de la Junta y seguro que toma nota de su fortaleza para tratar de evitar episodios que nada positivo han aportado a la vida de la Comunidad. Por su parte, García Gallardo, como cabeza visible de Vox en esta tierra, debería emplear este tiempo de descanso en reflexionar sobre lo que ha pasado y en qué deberían de cambiar sus posiciones para que la sociedad pueda llegar a percibirles como un partido útil, que es capaz de aportar y no llevar a la bronca permanente todo lo que les rodea. Lo dicho, bueno es el verano para reflexionar.