Querido mena

Esta es la cara buena del mundo. Pero no es un paraíso, y si lo crees, te engañaron. Tendrás que trabajar mucho para aprovechar tu oportunidad. Prepárate para ganar al odio, al rechazo al diferente y al temor al pobre. Ese será tu primer reto. Hay una línea muy delgada entre la solidaridad y el repudio, entre la acogida y la discriminación, entre la integración y el gueto cuando se siembra la inseguridad de la duda. Si germina ese temor no habrá remedio. No te asfixies tampoco en la rabia del pobre en la que algunos de los que llegaron como tu terminaron ahogados y secos. Es esa desesperanza que se anuda dentro y te expulsa sin remedio a los márgenes de la comunidad que te acoge. No seas juguete roto, olvida la ley del más fuerte y deja de sentirte débil. Nadie te debe nada y tu no debes nada. La solidaridad si es sincera nunca es un préstamo.

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Este puede ser tu hogar, si quieres. Una tierra callada a la que le sobra historia y le faltan manos. Estás a punto de comenzar a reconstruirte o destruirte de nuevo. Te van a dar herramientas para ambos destinos. Así es la vieja Europa que anhelabas. La libertad era esto. Después de lo que has vivido y resulta que aquí tampoco dejan de repetir que en Castilla y León no hay oportunidades. Enséñanos de qué va la vida en serio, que hay mares sin playas y lo que son los futuros estrechos. Todo depende de ti. Por primera vez en tu vida todo depende de ti. Ya estás aquí.