vía pulchritudinis

Pascua de Resurrección

Los frailes serán una minoría anticuadamente pobre, obediente y casta pero, gracias a Dios, siguen a lo mismo sin perturbarse

Políticos (25/03/24)

Semana Santa 17/03/24

Imagen de archivo del monasterio de Dueñas (Palencia) ICAL

No importa que crean o no. Entrar en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas es darse de bruces con la realidad. Y es que lo que dejas fuera deja de ser real o, al menos, se convierte en una realidad de ... andar por casa, verdadera pero de bajos vuelos, De repente piensas en el diálogo de «Amanece que no es poco» y aquel «alcalde, nosotros somos contingentes pero tú eres necesario». Ni el coche en el que has venido, ni esa hipoteca que se alarga como la eternidad merecen, a partir de ese momento, ni un mísero tweet. Lo de estos tipos sin nombre roza lo estratosférico, están a otro nivel. Entras y te encuentras con un puñado de hombres que llevan allí una vida. Y una vida no son ochenta o noventa años, sino una Vida entera. Ellos y los que les precedieron son lo mismo, una continuación real de aquello que les llevó a instalarse a orillas del Pisuerga y del Carrión poco importa si en el siglo V o en el IX.

Ahora cantan poco en latín y a buen seguro lo hacen peor que sus predecesores pero siguen cantando a lo mismo. Les importa poco que Zygmunt Bauman diga que vivimos en una sociedad líquida que se nos escapa entre las manos o que los gobiernos cambien de opinión y conviertan la verdad en un storytelling de la realidad. Ellos siguen a lo suyo, sin aspavientos ni estridencias, negándose a que el revisionismo histórico o los convenios colectivos les priven de encerrarse a celebrar el día más importante del año, la Pascua de Resurrección. Y lo hacen sin necesidad de reconocimientos de la ONU, la UE o las siglas que en ese momento manden. Ellos siguen a lo mismo, embelesados, aferrados a la fe o al rito. Poco importa que crean o no porque si la fe es sublime, los mortales podríamos aferrarnos simplemente a los rituales para encontrar nuestro sentido.

Esos rituales hacen posible que leamos y escribamos la realidad, que la creemos en el quehacer diario y la recreemos en la memoria.

Al salir te das cuenta de que no necesitas ni presupuestos, ni victorias, ni mayorías. Los frailes serán una minoría anticuadamente pobre, obediente y casta pero, gracias a Dios, siguen a lo mismo sin perturbarse. Puede parecer poco pero ellos llevan rezando veinte siglos para que todos nos queramos pese a las diferencias. Feliz Pascua de Resurrección.

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