vía pulchritudinis

No te metas en líos

Piensen si evolucionamos o involucionamos. En el derecho a creer, el principal ingrediente no es la religión sino la libertad

Madres de madera

San Juan de Dios

Cantantes de Hakuna Group Music durante el concierto el pasado abril en Madrid I. PERMUY

La semana pasada iba por la calle escuchando la canción «Forofos» del grupo Hakuna y aunque me llamen hortera reconozco que iba emocionado, hasta se me saltó una lagrimilla. Un conocido me echó el alto para saludarme y me sacó de la abstracción de los ... auriculares para preguntarme «¿Qué te pasa? Vas como flipado…» Pensé decirle que, efectivamente, iba flipado escuchando a unos mozos que el seis de enero congregarán a 16.000 personas en el WiZinkCenter. Un grupo que antes que musical es religioso y que, además, es bueno en calidad y que, por si fuera poco, esa misma mañana me estaba regalando pasar por las calles de Valladolid con un espíritu de cariño, de alegría…. En lugar de contestar todo eso dije «Ya ves, aquí, escuchando la radio camino del trabajo». Pensé ¿para qué meterme en líos y que me mire raro?

Este jueves Ayuda a la Iglesia Necesitada celebra en Madrid un acto sobre libertad religiosa. Si lees el informe sobre los estados donde se persigue a quien intenta practicar su fe te encuentras que en 61 países, donde viven 4.900 millones de personas, la práctica religiosa es algo perseguido formalmente y te puede costar la vida. Lo más curioso de la jornada, sin embargo, es que también se hablará sobre la libertad religiosa en el libérrimo occidente en que vivimos.

Entre la canción de Hakuna y la jornada de la ACN se me vinieron a la memoria la Ley de Vagos y Maleantes y aquel punto del Código Civil que hasta 1975 impedía a una mujer abrir una cuenta bancaria. Aquello que en aquel momento se veía como normal, era una atrocidad pero afortunadamente la situación se revirtió. Ahora entiendo aquel dolor de las víctimas que veían cercenada normativamente su libertad y, además, eran repudiadas por convención social. Ni mujeres, ni maricones. Aquello era una dictadura pero ahora, en una democracia, el miedo a la segregación o al rechazo tienen una lectura aún más dramática. Piensen si evolucionamos o involucionamos. En el derecho a creer, el principal ingrediente no es la religión sino la libertad.

Esta columna tiene un doble riesgo. El primero es que se crean que eres merecedor de una condena al ostracismo por ser católico y otro que confundan tu fe con la de una esas arrebatadoras plañideras que en estos tiempos no pretenden ejercer su libertad sino imponérsela a los demás.

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