vía pulchritudinis
Madres de madera
La Virgen de la Vera Cruz triunfó ayer porque su esencia es la de una madre, esa que todos tenemos y que siempre consiguió que alguna vez fuéramos buenos
San Juan de Dios
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Iniciar sesiónValladolid vivió este sábado un día grande, uno de esos que alegran y sorprenden a partes iguales. Uno de esos sinsentidos que te calan hasta los huesos para bien y para mal. La Virgen de la Vera Cruz era coronada canónicamente para, poco después, recorrer ... las calles bajo la mirada atenta de miles de personas. Ni la Inteligencia Artificial hubiera logrado algo similar. El pueblo devoto y el que no lo es pero curiosea estas cosas se arremolinó al paso de una imagen sin Bluetooth, ni Wifi. El depósito de la devoción de un pueblo que ayer se veía reflejado en algo tan sencillo como elaborado, en una madre.
Una madre -la Virgen de la Vera Cruz- para la que algunos se empeñan en buscar significado a través de la genialidad de Gregorio Fernández o la contundencia de una cofradía con mas de 1.300 almas que la cuida y venera desde el siglo XVII. La presencia en la calle, el éxito y hasta los nombramientos eclesiales necesitan de todo lo anterior pero su sentido primigenio nunca estará en la madera que le da forma por mucho que la imagen de marca agradezca esos celofanes que la envuelven magistralmente.
Mientras la Virgen era acunada por cofrades y curiosos en su paseo por Valladolid, el Papa Francisco hablaba de Inmigración en Marsella. Francisco hablaba de lo que hay bajo la madera, una madre de verdad. Una madre como cualquiera de las nuestras, de esas que no necesitan andas ni mantos para lograr que las adoremos durante generaciones.
El Papa hablaba de amar al prójimo en un barrio islámico de la costa francesa mientras Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, decía ante la recién coronada Virgen que su madera debía servirnos para amar y no para rivalizar con otras maderas, plásticos o microchips por muy importantes que estos sean en nuestras vidas. El que quiera entender que entienda pero ni la madera nos dará la vida, ni una madre descansará tranquila mientas ve a un hijo sufrir al otro lado de la alambrada.
La Virgen de la Vera Cruz y las otras 22 imágenes marianas que la acompañaron triunfaron en Valladolid no por la calidad de su tallado, ni por la historia que las acompaña. La Virgen de la Vera Cruz triunfó ayer porque su esencia es la de una madre, esa que todos tenemos y que siempre consiguió que alguna vez fuéramos buenos.
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