Unas Cortes enfangadas con visos de «pocilga»
Tras el rifirrafe entre Igea y Gallardo, la segunda sesión acaba también en trifulca. La política energética, la revalorización de las pensiones, el transporte sanitario o la sequía pasan a un segundo plano tras una nueva disputa entre procuradores
VALLADOLID
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Iniciar sesiónVolvió a suceder. La segunda sesión del pleno de las Cortes también acabó en trifulca. Más de cuatro horas de debate parlamentario en las que la política energética, la revalorización de las pensiones, el transporte sanitario o la sequía pasaron a un segundo plano después ... de un nuevo rifirrafe del que, en esta ocasión, formaron parte el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, por un lado, y el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox), y el portavoz del Grupo Popular, Raúl de la Hoz, por otro. Una escena que concluyó con todo el hemiciclo alborotado y el vicepresidente de las Cortes, Francisco Vázquez (el titular Carlos Pollán, de Vox, estaba ausente), suspendiendo la sesión por quince minutos. Los ánimos ya venían muy caldeados cuando a las diez de la mañana arrancó un pleno al que sus señorías llegaron con la 'resaca' de la jornada anterior, cuando García-Gallardo llamó «imbécil y presunto delincuente» al parlamentario de Ciudadanos, Francisco Igea, quien se había burlado, justo antes, de su presencia en el programa televisivo MasterChef «para decirnos que no le gusta el puré».
Suspenden el pleno tras un enfrentamiento entre Fernández, García-Gallardo y De la Hoz
Montse SerradorFrancisco Vázquez, que ejercía de presidente de las Cortes, ha parado la sesión durante quince minutos
La enésima bronca se produjo en el último punto del orden del día, cuando subió al atril de oradores el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, que, con su habitual tono vehemente, arremetió contra García-Gallardo: «Sufrimos a un vicepresidente que cobra 100.00 euros al año sin tener ningún tipo de competencia más que estar aquí para abrir la boca cuando le dejan quitarse el bozal e insultar a la gente». Ante las quejas y gestos ostensibles de García-Gallardo, el parlamentario morado le advirtió de que «si quiere hablar conmigo, en vez de hacerlo por lo bajini y de boquilla tenga la valentía y el coraje de pedir la palabra porque demuestra una cobardía enorme». Primera llamada al orden de Vázquez, aunque aún tendría que hacer dos más después de su enfado ante la insinuación del procurador popular Raul de la Hoz de que Fernández quería «su vídeo», sugiriendo así que también Igea lo buscó el día anterior. Con los ánimos encendidos, la escena concluyó con Vázquez, que pidió a Fernández que abandonase el atril, suspendiendo la sesión durante quince minutos. Antes, el micrófono le jugó una mala pasada y se le pudieron escuchar unas elocuentes palabras: «Estoy por suspender la sesión y la reanudamos esta tarde; que se jodan».
Un cuarto de hora después, sus señorías volvieron a los escaños y el vicepresidente de la Junta pidió y tomó la palabra. Aunque no llegó a pedir disculpas por el insulto del día anterior, mantuvo un tono conciliador para quejarse de «los ataques, las provocaciones y los insultos que venimos soportando del Grupo Mixto y del PSOE y que me avergüenzan». «Tenemos derecho a existir, somos un partido legal (por Vox) y tenemos derecho a traer a esta Cámara debates que hasta ahora no habían existido», señaló. Pidió, además, que «hagan de esto la casa de la palabra, pero aparquen el show porque si no, convertiremos a estas Cortes en una pocilga».
«Imagen barriobajera»
El episodio del insulto de la jornada anterior sobrevoló durante toda la mañana dentro y fuera del hemiciclo donde se palpaba la tensión. De los dos protagonitas, el vicepresidente optó por guardar silencio ante los medios de comunicación, mientras que el procurador de Ciudadanos se despachó a gusto, lamentando «la imagen barriobajera» dada.
Mañueco, tras el insulto de Gallardo a Igea, llama a la «desescalada verbal» en las Cortes
MONTSE SERRADORSostiene que mantendrá «una conversación privada» con su vicepresidente
También habló el propio presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para llamar a «la moderación y el entendimiento». En los pasillos de la cámara, señaló que «siempre me van a encontrar en el diálogo», al tiempo que mostró su convencimiento de que «la política es una forma de tender puentes, de preocuparnos de los problemas reales de la Junta». En este sentido, apeló a «la desescalada verbal» y a «interesarnos» por lo que le preocupa a la gente que es «la inflación, la subida de precios de la energía, de la cesta de la compra, del depósito de los vehículos» y apostó por que las Cortes sean un lugar de debate y de intercambio de posiciones». Ante la pregunta de si se planteaba llamar al orden a su vicepresidente, se limitó a señalar que «lo vamos a dejar en una conversación privada y punto».
Por su parte, el portavoz del Grupo Socialista, Luis Tudanca, que el martes en su intervención había arremetido duramente -imitando al presidente del Gobierno-desde la tribuna contra el presidente de Iberdrola al vincularlo a la supuesta corrupción del PP, acusó a Vox de tener «una estrategia para embarrarlo todo e incentivar, empujar y alentar el odio hacia el adversario político».
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