El Papa nombra a Luis Argüello arzobispo de Valladolid

Se produce así una especie de sucesión natural aunque, al mismo tiempo, se da la circunstancia de que no es habitual acceder a la cátedra de arzobispo sin antes haber pasado por la de obispo titular, ni tampoco permanecer en la diócesis en la que está incardinado. Sin embargo, la vinculación de Argüello con Valladolid, diócesis en la que ha ejercido siempre su Ministerio, parece haber pesado mucho a la hora de decidir el destino de quien es actualmente portavoz secretario de la Conferencia Episcopal Española, cargo que, según ha anunciado, va a pedir dejar al asumir el arzobispado. No obstante, lo mantendrá hasta que se convoque el plenario en el mes de noviembre si bien ya ha anunciado, que reducirá sus viajes a Madrid (hasta ahora hacía ttres a la semana) para atender las obligaciones de la diócesis valisoletana.

El nombramiento de Argüello ha sido muy esperado y llega después de no pocas 'quinielas' en las que se barajaron para él otras plazas, incluso la de Madrid, ante un Carlos Osoro que, con 77 años ha presentado también su renuncia. Fue, precisamente la falta de acuerdo en la jerarquía eclesial sobre el destino del ya arzobispo electo -había quienes pedían para él responsabilidades mayores- lo que ha retrasado su nombramiento.

Este viernes, Blázquez y Argüello han comparecido ante los medios de comunicación sonrientes y satisfechos de la decisión de la Santa Sede (aunque ya se sabe que 'De Roma viene lo que a Roma va' . El primero, que se convierte en emérito y pasara a residir en la capital abulense (es natural de Villanueva del Campillo) se ha mostrado muy satisfecho con la elección. «Lo conoceis, ¿verdad?», ha bromeado con los asistentes a la rueda de prensa, entre los que también se encontraban trabajadores del Arzobispado y representantes de las cofradías de Valladolid.

En su intervención, el nuevo arzobispo, que tomará posesión de su cargo el 30 de julio en la Catedral , se ha marcado como desafío para su ministerio la transmisión de la fe , preocupado por todas las vocaciones de la Iglesia, no sólo las sacerdotales porque, a su juicio, una de las mayores dificultades es la falta de vocación al matrimonio cristiano. «Si no hay mata, no hay patata», ha señalado utilizando para ello el refranero castellano, «porque la familia y la expresión del bautismo es clave para suscitar vocaciones ». «Hay que cultivar la vocación al matrimonio», ha insistido.

El cargo de obispo auxiliar ahora vacante, ya no se ocupará. Cuando se creó, en 2016, fue para cubrir las ausencias de Blázquez al ser nombrado presidente de la Conferencia Epicopal Española