Jesús Herrera, gerente de la OSCyL: «Quiero que los 30 años de la orquesta sirvan para mirar al futuro»

A punto de cumplir el primer semestre como gerente de la OSCyL. ¿Qué balance hace y cómo ha visto a la orquesta en este tiempo?

La orquesta a nivel artístico es una maravilla, sobre todo con ciertos repertorios donde pueden tocar todos y se ve que disfrutan más. Pero lo bueno que tiene es que también se adapta a otro tipo de formatos. La experiencia de ‘Plazas Sinfónicas’ ha sido estupenda. Estoy orgullosísimo de estar trabajando para ellos. Y en cuanto a mi proceso de adaptación, obviamente, es complejo. Una orquesta tiene muchísimas pequeñas partes que debes desarrollar con el máximo nivel de eficiencia, calidad y exigencia. No dar por sentado que lo que se ha hecho es como se tiene que hacer, sino buscar hacerlo mejor aún, aunque siempre con un respeto al equilibrio entre lo novedoso y lo que hace sentir bien a la gente. También a nivel de representación de una entidad pública tengo que aprender muchas cosas. Vengo del sector privado y la forma de trabajar es distinta.

En dos semanas la orquesta comenzará una nueva temporada de abono. La primera en la que está usted al frente ¿Qué se verá ya de su sello?

A nivel de programación, en mes y medio o dos meses he tenido que hacer el trabajo de un año. He trabajado sábados, domingos, noches... Ha sido un sacrificio personal tremendo, pero también una maravilla. No obstante, quiero resaltar una cosa: la temporada de abono es lo que más luce, pero la orquesta hace muchísimo más. Me gustaría que se cambiase la percepción de que la actividad de la Oscyl es su temporada.

¿Qué señas de identidad quiere que se perciba entonces de su gestión?

La Oscyl es la orquesta profesional de Castilla y León. Lo que no toque, en la Comunidad no se va a tocar. Por eso quiero que interprete un poco de todo, obras de repertorio de toda la vida, pero también novedosas, que no necesariamente tienen que ser de creación actual; y por supuesto, encargos propios. También es muy importante cómo se equilibra todo; cómo se va haciendo ese viaje a lo largo de la temporada. Yo tengo mis propias proporciones a nivel de minutaje y estilísticas, que no se ven pero hacen que todo esté bien equilibrado. Luego, por supuesto, la búsqueda de la excelencia; artistas que tengan un interés, no sólo porque sean famosos. Habrá gente con una trayectoria a nivel internacional que vendrá por primera vez a España. Es una seña personal mía, que la Oscyl sepa atrapar esas tendencias innovadoras que hay en circuitos que no son los tradicionales.Así,será pionera en muchos aspectos dentro del terreno orquestal español.

Este trimestre se celebrará el 30 aniversario de la OSCyL. ¿Cómo le gustaría que se recordase?

Para mí, 30 años es toda la vida, y ante músicos de este nivel, que llevan involucrados con esta casa tanto tiempo, lo que siento y quiero que se sienta es respeto, pero aún así me gustaría que el factor principal que se recordase fuese el de la renovación, que sean 30 años para mirar al futuro.

En esa evolución entra también en juego la existencia de un nuevo director titular. ¿Dispondrá de él antes del fin de la conmemoración?

Es un tema muy importante. Debemos tener en mente que en 30 años sólo ha habido cuatro, y la visión artística y el trabajo de un titular puede marcar un rumbo distinto para la orquesta. Hemos implementado un sistema innovador en España para la búsqueda de potenciales titulares, y bastantes de ellos van a pasar por aquí. A través de su actuación con la Oscyl se verá la química que hay con los músicos y con el público. En la semana que estén, hablaremos de su visión de la orquesta, cuáles son los puntos fuertes y cuáles se tendrían que desarrollar, y con esos pilares y las conclusiones que saquemos a través del consejo asesor específico, la gerencia, la dirección de la Fundación Siglo y el consejero, veremos lo que podemos atar.

¿Se tendrá en cuenta también la opinión de los músicos, como pedían?

Sí. Tenemos una comisión artística maravillosa. Estoy contentísimo porque las reuniones están siendo muy constructivas. Los músicos están votando después de cada concierto y en esa votación, con muchos apartados, uno de ellos se refiere a si podría o no ser titular. No podemos considerar a alguien que a ojos de la administración parezca buena idea, si luego tiene una baja valoración de los músicos. Yo les animo a votar porque necesitamos su voz y creo que se sienten valorados y están a gusto con este proceso.

¿Y seguirá existiendo la figura de director invitado?

Es un modelo que me gusta mucho si se hace bien. Tener otra figura importante que aporte algo que sea propio, y que pueda complementar el proyecto artístico, pues me parece una maravilla. Todo se está cotejando.

¿Y cuáles serán sus líneas maestras para que la orquesta avance?

El panorama orquestal español ha evolucionado muchísimo. Hace 30 años todo el mundo estaba descubriendo de qué se trataba esto, luego se fue profesionalizando y ahora se ve el resultado en el nivel de las nuevas generaciones. Hay un talento tremendo. Es el momento, conforme se vayan renovando las plantillas, de beneficiarnos de ello. Y luego hay muchas otras cosas. Por ejemplo, en los últimos años y sobre todo a raíz de la pandemia, la digitalización ha tenido un boom tremendo. Debemos tener los ojos abiertos en cuanto a las nuevas tendencias. Lo que tenemos que hacer a la hora de renovarnos es intentar ir por delante, y sin miedo. Con el posicionamiento que tiene la orquesta a nivel nacional, debemos hacerlo.

¿Cómo se puede seguir trabajando para que la Oscyl se vea verdaderamente como un proyecto de comunidad?

La Oscyl tiene una política regional muy fuerte, en la que su prioridad es ve cómo se puede interactuar con todo su territorio. Este verano hubo ‘Plazas Sinfónicas’, ahora se va a representar la ópera de los Comuneros en todas las capitales de provincia y además se colabora con todos los festivales de peso: Soria, León, Medina, Segovia... Siempre se mantiene esa política de puertas abiertas. Se invierte mucho dinero en participar en estos festivales. Lo que se está buscando es que esto tenga una regularidad y variedad. Además, también está el tema del Abono de Proximidad, que se quiere retomar ya.

Uno de los retos de los gerentes que le precedieron fue la internacionalización de la orquesta. Son tiempos difíciles, pandemia mediante. ¿Le quita el sueño?

En Londres, capital cultural mundial, no hay ninguna sala como el Delibes, y eso la gente no lo sabe. Mi reto personal es que se sepa. Luego, debemos ganar presencia dentro del mundo especializado en la gestión, interactuar con festivales, orquestas, agentes o personas que puedan realizar giras... A final de mes iré a Copenhague a un congreso internacional de orquestas donde voy a exponer muchas cosas sobre la Oscyl y esto nunca se había hecho. También está el terreno digital, en el que el material que divulguemos debe estar pensado como un potencial de alcance internacional. Y en el último apartado estaría el tema de la gira, en el que estoy planteando distintos modelos para un desarrollo estratégico. Es decir, que no sea simplemente ir a tocar, sino que permita un seguimiento en distintos territorios que sean claves para que la orquesta gane en notoriedad. Pero son proyectos donde hay que hacer inversiones económicas sustanciales, y quiero ir con cuidado.

Y hablando de internacionalización, ¿cómo lleva un andaluz que vivido casi dos décadas en Europa su asentamiento en Valladolid?

No es la primera vez que vuelvo a España desde que me fui de Andalucía, hace 16 años. Lo de sentirse extranjero en todos los sitios ya lo he pasado. Valladolid me parece una ciudad muy agradable y me están tratando fenomenal.