«El Estado nunca va a ser creativo. Debe serlo la sociedad»

- ¿Qué supone el galardón?

- Es un espaldarazo importante. Las lanzaderas es una actividad que lleva poco tiempo funcionando y con mucho recorrido, así que este premio nos da alas. Los desempleados tienen que ser visibles y en este proyecto lo son, porque lo peor del desempleo es la invisibilidad. Con este galardón se pone el foco en las lanzaderas como una de las propuestas más innovadoras sobre el trabajo de los desempleados con los desempleados para encontrar un empleo.

- ¿Cuál es su origen?

- Son herederas de nuestras antiguas escuelas taller, donde los jóvenes aprendían un oficio trabajando, fundamentalmente en el patrimonio. Aquel proyecto surgió durante la crisis de 1985 a la vez en Aguilar de Campoo (Palencia) y en San Benito (Valladolid) de nuestra mano. Luego convencimos al INEM y fue un gran proyecto español que se extendió a América Latina y en el que trabajaron hasta 750.000 personas. Esta crisis actual ha afectado a todos los sectores. Ante ello nos preguntamos ¿por qué no se ayudan los unos a los otros? Pensé que teníamos que poner las condiciones para que desempleados de distintas profesiones, clase social y edad se ayudasen unos a otros a encontrar empleo como si fueran una empresa.

- Las lanzaderas comenzaron en 2013, ¿qué balance hace de la iniciativa?

- Muy positivo. Iniciamos experimentalmente el proyecto en Cantabria y han pasado por las lanzaderas casi 3.000 personas. Hemos conseguido una inserción en los primeros meses de entre un 60 y un 70 por ciento. Normalmente los ayuntamientos colaboran cediéndonos una oficina y tenemos del Fondo Social 12 millones de euros, además de firmar convenios con varias empresas y fundaciones. De aquí a cuatro años es muy probable que se atienda entre 16.000 y 20.000 desempleados, de los cuales la mayor parte van a encontrar trabajo a lo largo del año.

- ¿Y cuál considera que es el «secreto» de su éxito?

- La tasa de inserción es alta por una razón: en la lanzadera buscan trabajo activamente, hacen intermediación laboral... No es lo mismo estar solos ante el paro, que estar un equipo con un profesional al frente, con la Fundación Telefónica y la nuestra detrás, y a veces también con los servicios públicos de empleo. La lanzadera en el fondo lo que pretende es que sean mejores personas y mejores profesionales, y no van a pedir trabajo, van a ofrecer un servicio. Esa es la diferencia.

- ¿Hasta dónde le gustaría que creciera el proyecto?

- ¡Hasta donde lo podamos gestionar y haya recursos! Creo que dentro de cuatro años se podrían doblar las personas atendidas por las lanzaderas y ponernos en unas 10.000 al año, que es una cifra muy importante.

- Uno de cada tres jóvenes españoles sigue viendo en el empleo público su puesto de trabajo «ideal». ¿Cómo fomentar el emprendimiento?

- Debe partir de la educación y de un cambio de mentalidad que hay que hacer desde la enseñanza y desde iniciativas sociales. No podemos pedir al Estado que implante una cultura cuando se trata de que el Estado atienda las necesidades fundamentales y que sea la sociedad la que tienda a la innovación, el emprendimiento, la creatividad... El Estado nunca es creativo, debe serlo la sociedad, y en España se dan circunstancias para que así sea, porque los españoles somos creativos, imaginativos y solidarios, y lo estamos demostrando en esta crisis. En estos años ha funcionado el colchón social. Tenemos valores, quizá nos falta capacidad de riesgo, de emprender... Nuestro proyecto es un poco paradigmático en ese sentido, hemos pasado de lo asistencial a lo existencial. En pensar qué puedo hacer yo por los demás, en lugar de qué pueden hacer por mí.

- ¿Se ha vuelto la sociedad española más solidaria con la crisis?

- Con la crisis ha aflorado. La sociedad ha demostrado su fortaleza. El verdadero milagro español no es el crecimiento del 3%, sino que no haya habido más ruptura social y más violencia.

- Conocedor a fondo del medio rural, ¿qué medidas deberían tomarse para combatir su principal problema, la despoblación?

- No hay otro medio más que los propios lugareños sean emprendedores. En Castilla y León, por ejemplo, todo el tema medioambiental, patrimonial de transformación agraria... debería ser un nexo para anclar a los jóvenes. ¡En el norte de Palencia nacen más osos que niños! Eso nos tendría que hacer reflexionar. Es muy importante que las telecomunicaciones sean rápidas, que haya servicios en las cabeceras de comarca... Debería haber una política de trasvase de rentas, incluso mayores desgravaciones por nacimiento superiores en las zonas rurales.

- Su fundación nació con la filosofía de que el patrimonio era rentable. Hoy el turismo representa un 11 por ciento del PIB en España. ¿Podría sacarse al patrimonio más provecho?

- Muchísimo más, lo que pasa es que tendríamos que hacer paquetes de gran calidad e ir a mercados internacionales. Uno de los grandes trabajos que quedan en Castilla y León, por ejemplo, es todo lo que es la restauración de la naturaleza tras las lesiones producidas por la explotación minera; eso daría trabajo a mucha gente.

- Santa María la Real no para de abrir nuevos frentes. El último, la puesta en marcha de un Máster en Gestión del Patrimonio. ¿Qué les motiva cada día para seguir «inventando»?

- ¡La vida es inventar! Tratamos de adelantarnos al futuro. Lo hicimos en 1977 con la recuperación del Monasterio de Aguilar diciendo que el patrimonio era rentable, y lo hemos demostrado. ¿Cuál es el mayor patrimonio que tenemos? Las personas, una a una es muy difícil hacer cosas, pero ¿y si nos ayudamos?, así conseguiremos crecer.