Arranca en León el juicio por el asesinato de la peregrina Denise Pikka

La principal sorpresa de la jornada tuvo lugar cuando el acusado, que inicialmente no estaba previsto que acudiera a la Audiencia Provincial, ha sido conducido hasta este lugar para mantener un encuentro con su abogado . Su letrado, Vicente Prieto, confirmó que la intención de esta reunión era tranquilizar al acusado, si bien apostilló que no se han tratado aspectos relacionados con la declaración. «La repercusión mediática le afecta mucho, se altera al ver informaciones en la tele», reconoció Prieto, quien declaró que su defendido está «bien de ánimo» por el momento.

Una vez constituido el jurado, no quiso entrar a valorar el hecho de que esté compuesto mayoritariamente por mujeres, y confió en que lo que hagan sea «entender las pruebas y las valoren sin prejuicios previos ». Expresó también su deseo de que los miembros del jurado juzguen « con honestidad y con arreglo a las pruebas y declaraciones, que sean imparciales y dicten veredicto acorde a lo que veamos este mes», insistió.

El abogado defensor, que pide la libre absolución del acusado, reconoció que «realmente no hay un cambio de versión» , sino que recordó que en la primera declaración, el acusado dijo no haber hecho nada mientras que fue en una segunda declaración cuando reconoció los hechos, motivos que a su juicio habrá que analizar para ver qué condujo a Miguel Ángel Muñoz a cambiar la versión «milagrosamente», informa Ical.

«A ver si ahora nos dejan probar durante el juicio lo que nos han impedido probar en la instrucción por denegarnos todas las pruebas, a ver si ahora nos dejan probar su inocencia», estimó el letrado.

Por su parte, los abogados de la acusación particular estimaron que existen «muchísimas pruebas y muchísimos indicios» y entendieron que hay hechos que «hablan por sí solos» pero que tendrán que ser valorados por los integrantes del jurado. Sobre la familia, explicaron que se encuentra «absolutamente destrozada» por lo que no tienen previsto viajar a España ni mantener ningún tipo de contacto más allá del que tendrán con sus abogados porque está suponiéndolos «un trauma brutal».

La fiscal reclama una pena de 25 años de prisión para el acusado , 20 por asesinato con alevosía -al considerar que no existió posibilidad de defensa para la víctima-, y cinco más por robo con violencia. La acusación particular solicita 20 años de cárcel por el asesinato y cuatro por robo con violencia.

Por su parte, la defensa argumenta que el acusado no es autor de los hechos y solicita la libre absolución. Si fuera desestimada esta petición, solicita la aplicación de la eximente de alteración psíquica y en la percepción de la realidad y apela a que vivió una infancia en un entorno desestructurado como consecuencia del fallecimiento de su madre.

El juicio arranca con gran expectación mediática y más de medio centenar de periodistas, fotógrafos y cámaras acreditados por más de una veintena de medios de comunicación, además de la presencia de un nutrido grupo de alumnos de Derecho en la sala de vistas.