El dos por ciento del alumnado es sancionado por mala conducta

Son las grandes cifras del informe sobre la convivencia escolar en Castilla y León en el pasado curso presentado ayer por la consejera de Educación, Rocío Lucas, quien remarcó que los índices de conflictividad son «bajos» - el número de alumnos con incidencias abiertas representan al 2,59 por ciento del total - y que los casos graves son «puntuales y localizadas». Ante estos resultados, la conclusión de la Junta es que el ambiente en las aulas goza de «buena salud» y es, de hecho, una de las claves que marcan el «éxito educativo» de la Comunidad. «Para que un sistema dé sus frutos es necesario un clima favorable», señaló la popular.

Las incidencias por mala conducta se reparten indistintamente por toda la geografía de Castilla y León, tanto en públicos como en privados, donde el cómputo total suma más por ofertar todas las etapas educativas. De hecho, seis de cada diez centros educativos de Castilla y León han registrado partes de estas características en su alumnado. El mal comportamiento en clase sigue siendo la causa más frecuente, con seis de cada diez supuestos, seguida de los conflictos entre alumnos que tienen un «marcado carácter masculino» y en los que no entrarían los casos de acoso en sus diferentes modalidades.

El curso pasado fueron 54 los supuestos de bullying confirmados. A ellos se sumaron otros 32 que fueron cometidos a través de internet pero que afectaban a la convivencia en las aulas y 354 expedientes en los que se alertó de un posible casos de acoso en los centros de la Comunidad. En total, suman 446, un 18 por ciento menos que un año atrás . Un descenso que desde la Consejería atribuyen en parte por la «sensibilidad social» pero también por los instrumentos de los centros escolares para plantar cara a estos conflictos, señaló Lucas.

Los datos absolutos de acoso supone un 4,9 por ciento respecto al volumen de alumnos implicados en incidencias y un 10,8 por ciento en comparación con los conflictos entre estudiantes que no subyacen a esta causa. Aun así, la cifra siguen dejando constancia de una realidad adherida a las aulas. Al igual que ocurre con las incidencias generales, son más frecuentes entre el alumnado masculino. Seis de cada diez son hombres. Sin embargo, en lo que respecta al ciberacoso, la proporción de género se iguala. Y en cuanto a la edad, la mitad de los casos se acotan a primero y segundo de la ESO, cuando los alumnos -salvo repetidores- tienen entre 12 y 14.

En lo que respecta a las relaciones con el profesorado, en un total de 4.120 ocasiones el maestro denunció ante el centro una incidencia de la que ellos eran víctima. En el pasado curso, éstas aumentaron un 21 por ciento. Un importante incremento, que, no obstante, frena la velocidad de ascenso que se arrastraba. En el anterior informe los supuestos se habían disparado en un 49 por ciento.

Si bien en lo que respecta a las incidencias éstas no entienden de localización, el estudio llevado a cabo concluye que siete de cada diez casos vinculados con faltas de respecto, insultos o agresiones hacia los maestros se concentraron en un 6,83 por ciento de todos los colegios e institutos . «Mal futuro auguro a una sociedad que no respeta al maestro», advirtió Lucas antes de reconocer la labor del profesorado.