Once detenidos de un grupo criminal en Talavera dedicado al tráfico de marihuana

La denuncia anónima de un ciudadano a través de la web de la Policía Nacional puso a los agentes sobre la pista de un grupo de personas que podrían estar dedicándose al tráfico de drogas.

Los primeros pasos de la investigación llevaron a los agentes hasta la identidad de todas las personas participantes en los hechos -11 en total- así como a la localización de tres viviendas que podrían estar utilizándose como centros de cultivo de marihuana 'indoor'.

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El cultivo estaba compuesto de 3.516 plantas en distintas fases de crecimiento

La vivienda con el cultivo más extenso (1.085 plantas) estaba situada en el extrarradio de Talavera de la Reina, y era el lugar en el que residían dos de los detenidos, que se encargaban de realizar las labores de mantenimiento y custodia de la plantación. Además, se detectó que acudían regularmente a las plantaciones de Cebolla y San Román de los Montes a realizar de dichas tareas.

Cuando la Policía Nacional procedió al registro de las viviendas, encontró un total de 2.093 plantas, la mitad de ellas en la última fase de crecimiento. Además, se hallaron dos kilogramos de marihuana ya seca y lista para su comercialización.

En todas las plantaciones se detectaron enganches ilegales al suministro eléctrico y en un cuarto domicilio, propiedad de los principales investigados, se hallaron cogollos de marihuana secos y gran cantidad de material para la instalación de plantaciones, así como albaranes de compra de dicho material por un importe superior a los 35.000 euros.

Los 11 detenidos, ocho varones y tres mujeres, tendrán que responder ante la autoridad judicial como presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas, defraudación de fluido eléctrico y pertenencia a grupo criminal.

Los agentes de la Policía Nacional continúan trabajando para erradicar el tráfico de drogas y, especialmente, los cultivos intensivos de marihuana que se llevan a cabo en el interior de viviendas o naves industriales y que causan graves molestias a los vecinos por el desagradable olor y el ruido constante de los aparatos utilizados para mantenerlos, además de que suponen un riesgo, ya que las conexiones ilegales al suministro eléctrico pueden provocar incendios.