Marañón pone tarea al Ayuntamiento y a la Junta para recuperar la Vega Baja

Y todo eso a cuenta de lo que para Gregorio Marañón es más que una cruzada en Toledo: el desarrollo de un acuerdo para «salvar» la zona de la Vega Baja , que ya lleva camino de 12 años desde que se decidiera paralizar el proyecto urbanístico que contemplaba la construcción de más de 1.300 viviendas. El problema es que, según denunció Marañón, desde entonces las administraciones han demostrado una inacción que ha llevado a esa zona a un estado de deterioro inadmisible. Por eso ayer, en su discurso, puso tarea a la administración regional y local con el fin de retomar este proyecto y revitalizarlo como un eje de atractivo cultural para la capital regional.

La iglesia del centro educativo de San Pedro Mártir de Toledo fue el lugar escogido para celebrar la solemne ceremonia en el que Gregorio Marañón y Beltrán de Lis estrenó su condición de doctor «honoris causa» por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), acompañado de una selecta representación de doctores y profesores universitarios.

Como ya se había anunciado, su discurso estuvo centrado en la defensa del proyecto de Vega Baja de la capital regional, calificándolo como «una de las cuestiones más acuciantes» de la ciudad y reclamando un gran acuerdo para «salvar» la zona tras más de una década de especulación urbanística. Otra cosa era saber hasta qué punto llego en su mensaje crítico, lo que sin duda no dejó indiferente a nadie.

En esta línea, calificó la zona nueva de la ciudad como «mediocre y colmatada», avisando de que ya hay «bastante» espacio de este tipo, por lo que puso como desafío «ordenar, reunificar y hacer pública toda la información de las diferentes campañas arqueológicas en Vega Baja, poniendo la documentación existente a disposición de todo aquel que la quiera consultar».

Se trata para Marañón de un «ejercicio obligado de transparencia, y causa sonrojo que en estos años nadie se haya ocupado de hacerlo». «Las administraciones públicas con competencia sobre este territorio tienen que llegar a un gran acuerdo, del que debería surgir un Plan de Ordenación para la Vega Baja que la salve de su situación actual», añadió.

«La revisión del POM, o en su caso el nuevo POM, es el ámbito de gestión administrativa en el que se debe plasmar este acuerdo. Hay que reunificar y redefinir en un solo perímetro los cuatro Bienes de Interés Cultural ya declarados, como son la Fábrica de Armas, el Cristo de la Vega, el Circo Romano y la declaración de parte del yacimiento arqueológico de Vega Baja», planteó.

También pidió que la nueva estrategia urbanística «corrija y elimine de forma definitiva la aún vigente ordenación de 1.300 viviendas», para lo cual propuso el intercambio de suelos y la transferencia de aprovechamientos como «la solución sencilla». Para hacerlo, la administración pública gestionaría el conjunto de la Vega Baja y los propietarios con derechos adquiridos podrían construir en condiciones jurídicas «razonables» en otro lugar.

Como más medidas a contemplar, abogó por «dar un giro completo a la visión confusa que hoy tienen la mayoría de los ciudadanos de la Vega Baja», para lo cual «será inevitable la eliminación del vial Carlos III y la redefinición completa de la movilidad de todo el ámbito». También «corregir la desafortunada imagen de los parkings disuasorios. Aquí recuerdo los parkings de la ciudad de Guimaraes, tan ejemplarmente tratados que parecen jardines cubiertos. El barrio de Santa Teresa tiene que completar sus límites y rematar su fachada a Vega Baja, y en el Poblado Obrero hay que evitar las transformaciones con aumento excesivo de tamaño y las alteraciones disonantes de su imagen urbana», indicó.

El POM debería recoger también, en opinión de Marañón, «la creación de un gran parque que, en espera de ser excavado en las generaciones siguientes, ofrezca a los ciudadanos de hoy un paisaje frondoso y un lugar de esparcimiento como el que tantas otras grandes ciudades desearían tener en el corazón de su trama urbana». Asimismo, «la ciudad debe abrirse en la Vega Baja al río Tajo, dejando hoy al margen la inaplazable reivindicación ciudadana sobre la limpieza de sus aguas».

Recordó Marañón al inicio de su intervención que fue un proyecto inmobiliario, «sin más ambición que la del enriquecimiento» el que pretendió «mutar el largo letargo de la Vega Baja en muerte, y hundir cualquier vestigio que quedara del pasado hasta el fondo más profundo de la tierra».

Calificó este extremo como «un disparate» que fue «un sorprendente fenómeno de deslumbramiento colectivo». «Se quiso ignorar que la Vega Baja estaba protegida como suelo no edificable desde las instrucciones generales de la Dirección General de Bellas Artes de 1968, recogidas en las normas urbanísticas posteriores, y que en la declaración de Toledo como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco también se establecía esta protección para defender su paisaje», dijo.

Sin embargo, el 2 de marzo de 2006, «cuando el proceso privatizador parecía irreversible», él mismo pronunció un discurso en el Teatro de Rojas de Toledo ante el Rey Juan Carlos, la ministra de Cultura, Carmen Calvo; el expresidente de la Junta, José María Barreda, y el exalcalde, José Manuel Molina, al que Barreda respondió asegurando que su Gobierno se comprometía «absolutamente a preservar y potenciar el extraordinario patrimonio de Toledo».

El rector de la UCLM, Miguel Ángel Collado, resaltó la figura de Marañón como «hombre culto de la cultura, apasionado por la historia y también por el progreso de los individuos y de la sociedad». «El avance de la sociedad, su progreso en todas sus facetas, la democrática, la cultural, la económica*, ha sido una obsesión permanente de nuestro nuevo doctor, que tiene presente en todo momento una inquietud vital impulsada por una máxima: cuando has terminado un deber, debes acometer el próximo», añadió.

Para Collado, es por ello que «ha sido protagonista y, en muchas ocasiones impulsor de acontecimientos políticos, sociales, culturales de la última media centuria, relevantes para que este país sea más libre, justo, avanzado y culto».

El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, indicó que para él era una «obligación institucional y también personal» asistir a este acto, tras lo que ha destacado de Marañón su «generosidad». Parafraseando a Antonio Machado, calificó a Marañón como «un hombre bueno», y ha celebrado que la Escuela de Arquitectura hiciera la propuesta de investidura del nuevo ‘honoris causa’.

«Enhorabuena, Gregorio. Nos sentimos todos honrados por esta distinción. Te felicito y te agradezco siempre tu compromiso y esfuerzo con esta región», finalizó.

La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, dijo que «siempre hay que mantenerse alerta» en la defensa del patrimonio, algo que Marañón «hace constantemente». «Como alcaldesa, suscribo tus méritos. Hoy, en nombre del Ayuntamiento, quiero darte las gracias por todo cuanto nos has aportado», ha dicho Tolón, recordando el trabajo de Marañón al frente de la Real Fundación de Toledo.