El dilema de Pedro Cifuentes: del rescate a unos compañeros al ataque al Monte Fitz Roy

Korra Pesce y Tomás Aguiló, que así se llaman los escaladores accidentados, se vieron sorprendidos por un desprendimiento de piedras y nieve y solo el segundo ha salido con vida, aunque ha sufrido múltiples lesiones. A Pesce, de nacionalidad italiana, no se le ha encontrado, pero se le da por muerto. La avalancha estuvo causada por las altas temperaturas, después de «tres o cuatro días de mucho calor», a lo que se sumó un fuerte viento que afectó a una zona rodeada de glaciares que se están deteriorando en los últimos años.

Cifuentes, que llevaba diez días sin poder atacar la subida debido al mal tiempo, admite en una videollamada a Europa Press que este tipo de accidentes le han hecho pararse a recapacitar. Ahora quiere «poner las ideas en orden» y pensar con «cordura». Hace dos semanas, otro alpinista alemán sufrió en la zona otro desprendimiento. «No sé si es una llamada que nos hace la montaña a los alpinistas para decir que este año está jodida la cosa. Hay que tener cabeza fría» , reconoce.

Pesce y Aguiló eran montañeros experimentados y conocedores de la zona, responsables de la apertura de vías imposibles en este entorno de la Patagonia como la denominada 'Brothers in arms'. Tras tocar cumbre, decidieron bajar hasta una protección en la pared a pasar la noche y fue entonces cuando sufrieron el desprendimiento. La Comisión de Auxilio de la zona se movilizó en tres grupos de voluntarios para rescatar a Aguiló, malherido, ya que a Pesce se le dio por fallecido.

Aguiló fue llevado primero al Campamento Noruego, donde Cifuentes le administró morfina y otros medicamentos gracias a la colaboración médica vía telefónica . A continuación, un helicóptero del Ejército argentino colaboró en las labores de rescate para desplazar al herido a El Chaltén, quedando hospitalizado. Mientras, en el caso de Pesce, Cifuentes explica que si no fueron las propias lesiones las que acabaron con su vida, es del todo probable que las bajas temperaturas le provocaran una hipotermia mortal, ya que ni siquiera tenía ropa de abrigo suficiente en el momento del accidente.

Se da la circunstancia de que la última vez que Cifuentes optó a subir el Fitz Roy, antes de la pandemia, también tuvo que participar en otro rescate. En aquella ocasión, tres montañeros brasileños y otro checo se encontraban en una pared cercana y uno de ellos cayó a un lago desde una altura de 30 metros. Pese a que sufrió múltiples fracturas, el trabajo de Cifuentes y sus compañeros fue clave para salvar la vida al alpinista. En todo caso, «dos años, dos accidentes», lamenta el alpinista conquense.