Toledo dedica una calle al poeta Juan Antonio Villacañas

Además, Beatriz Villacañas ha leído un soneto compuesto para Miguel de Cervantes y ha entregado al experto cervantista y presidente de la Sociedad Cervantina de Esquivias, José Rosell Villasevil, también presente en el acto, una edición del Quijote en gaélico irlandés.

En su intervención, el cervantista, miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo y colaborador de ABC se ha referido al Día del Libro como «la fiesta más hermosa, la de la lectura y la escritura, lo que honra al ser humano -ha dicho- para hacerle distinto al resto de los seres vivos de la tierra». Y refiriéndose a Cervantes y a su «amor» por Toledo, que, según Rosell Villasevil, está presente desde su primera obra, «La Galatea» hasta la última, «Los trabajos de Persiles y Segismunda», ha dicho que, de igual manera que el autor de El Quijote nació en Alcalá, «aquí deberíamos instituir el Premio Alcaná», porque en el «alcaná» de Toledo «renació el Quijote, cuyas señas de identidad se habían perdido en el capítulo 8 de la obra».

El autor del libro más leído, después de la Biblia, también ha sido objeto hoy de un homenaje, al haberse colocado -como viene siendo habitual desde hace unos años- una rama de laurel sobre la cabeza de la estatua de Miguel de Cervantes ubicada junto al Arco de la Sangre.

Pero, además de Ana María Matute, Juan Antonio Villacañas y Miguel de Cervantes, en el acto organizado por el Ayuntamiento de .Toledo para conmemorar el Día del Libro, han tenido también protagonismo un grupo de alumnos del colegio San Lucas y María y bibliotecarios de todos los barrios de la ciudad, que han recitado poemas y fragmentos de libros famosos e incluso poesía japonesa.

Mientras que los niños han recitado trozos de poemas de Miguel Hernández o Antonio Machado, uno de los bibliotecarios participantes en el acto ha leído un fragmento de «La vida es sueño», de Calderón de la Barca, coincidiendo con el 150 aniversario de la muerte de este autor. El director de la Biblioteca de Buenavista, Enrique Díaz Alejo, ha leído un fragmento de La Historia Interminable, de Michael Ende y también ha participado la poetisa María Antonia Ricas, Marina Riaño y el escritor y colaborador de ABC, Antonio Lázaro.

Y la bibliotecaria del barrio de Santa María de Benquerencia ha leído varios haikus (poemas breves japoneses de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas, respectivamente), que ha dedicado a Ana María Matute.

El alcalde ha agradecido a los bibliotecarios municipales que cuiden «de uno de los servicios más discretos y necesarios en una sociedad que quiere decirse moderna».

Y ha agregado que «entre las muchas cosas» de las que no puede prescindir una sociedad es el fomento de la lectura, actividad que supone «muy poco gasto, en relación con los beneficios que nos proporciona a todos», sin distinción de edad ni capas sociales. «Siempre es necesario buscar un hueco para leer», ha aseverado García-Page, quien ha considerado que la lectura es «aún más necesaria en estos tiempos, como un antídoto frente al tipo de divertimento que ofrece la televisión o los mensajes que emite la propia sociedad»