Ribereños: sin el último trasvase la cabecera del Tajo llegaría a 800 hectómetros

En nota de prensa, los municipios ribereños han señalado que, además, si el Sindicato Central del Regantes del Acueducto Tajo Segura (Scrats) no hubiera «saqueado 200 hectómetros cúbicos de recursos propios del Segura con la connivencia del anterior Ministerio de Agricultura», la cuenca del río levantino estaría cercana al cincuenta por ciento.

Así, los municipios de la cabecera del Tajo han señalado que con la tregua concedida por esta peculiar primavera, que hasta esta misma semana ha dejado abundantes precipitaciones, los embalses podrían haber acumulado casi 100 hectómetros cúbicos más de lo que hay en la actualidad (702 hectómetros cúbicos, el 28,4 por ciento de su capacidad ).

No obstante, la cifra quedaría aún lejos de los 990 hectómetros cúbicos que reclama la Asociación de Ribereños para empezar a recuperar sus «desoladas economías», han lamentado, así como muy lejos del 100 por ciento de llenado, ya que seguiría registrando un setenta por ciento vacío.

Sin embargo, la asociación ha apuntado que con el cambio de Gobierno «las tornas parecen cambiar y las perspectivas son halagüeñas para unos municipios que solo defienden lo que consideran necesario para la vida de un río, patrimonio de todos los españoles, y justo para su propia supervivencia».

En este sentido, han valorado las declaraciones de la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, en las que afirmaba que considerar que se pueden poner en regadío grandes extensiones de secano sin acceso a agua o pensar que puede haber un no coste a un recurso tan fundamental es «absurdo», así como que las aportaciones puntuales no pueden ser el eje central de una política de agua.

Estas palabras, según los municipios ribereños, despiertan su ánimo, aunque han advertido de que el problema no es solo el Tajo y la comarca ribereña, sino que «todas las miradas en España y Europa apuntan hacia la agricultura industrial del Scrats , mientras el Gobierno de Murcia mira para otro lado y el Mar Menor agoniza», han enfatizado.

Por tanto, han considerado que «es hora de actuar en la raíz del problema y dejar de alimentar a una industria privada cuya codicia solo es comparable a su escaso respeto por el medio ambiente», han concluido los ribereños.