Un estudio hecho en Canarias refleja la «fiebre» por las apuestas online entre los menores

En general, las apuestas online superan a las apuestas presenciales entre los jóvenes ya que hay mayor disponibilidad. De hecho, existen más de 2.500 sitios web de apuestas que generan mayor aceptación por parte de los jóvenes porque, entre otras cosas, transmiten mayores efectos visuales atractivos que incitan al juego.

Además, las apuestas en la red favorecen el anonimato y los jóvenes experimentan una satisfacción inmediata , ha indicado la citada la responsable de la citada Dirección General, Carmen Morales .

La directora general ha explicado que "las nuevas tecnologías tienen muchas ventajas, pero también conllevan peligros . De ahí la oportunidad de encargar esta Guía que puede y debe ayudar a los profesionales, pero también a las madres y los padres, a afrontar los nuevos peligros que puedan influir en sus hijos e hijas".

Entre tales riesgos, Morales ha querido destacar "las adicciones al juego en general y el juego de apuestas en particular, que además está promocionado por los ídolos deportivos de muchos jóvenes".

Según la Guía, elaborada por el catedrático de Psicología Clínica, Psicobiología y Metodología de la ULL, Juan Capafons , "las apuestas online tiene una mayor incidencia en la población joven entre los 16 y los 24 años ", por lo que pueden convertirse en un juego patológico".

"Hay estudios que indican que entre el 3% y el 9% de los estudiantes universitarios son jugadores patológicos, lo que es un indicador de una salud mental inadecuada , actuando como un mecanismo psicológico de defensa y alivio de los estados emocionales depresivos", añade el docente de la ULL.

En opinión de Morales, "al apostar a través de un ordenador, él sabe si es la primera vez que juegas y l as veces que entras en las web de juegos , por lo que te dejará ganar para incitarte a seguir jugando y, por tanto, a perder dinero".

El perfil del jugador de apuestas online patológico es el de un varón que vive en una ciudad, con un nivel educativo bajo , con pocos ingresos económicos, y con "una actitud similar en su círculo de iguales", agrega.

Para ser considerado jugador patológico, la persona debe reunir al menos cuatro o más síntomas, en un periodo superior a doce meses, como son: necesidad de apostar cada vez mayores cantidades de dinero para satisfacer la excitación deseada; estar nervioso o irritado cuando intenta reducir o abandonar el juego; la mente ocupada en las apuestas; apostar cuando experimenta desasosiego; jugar al día siguiente de haber perdido para recuperar el dinero; mentir en su grado de implicación en el juego; poner en peligro relaciones personales , académicas o profesionales y pide dinero para seguir jugando.

La Guía también explica una serie de terapias para combatir la patología que van desde el juego controlado, psicofarmacología, interveción cognitivo-conductual; control de estímulos o terapia racional-emotiva, entre otros.