Viviendo en San Borondón
Nacionalismo «king size»
Debe suponerse que el semen catalán suministrado es nacionalista cien por cien
Tal como informaba el periódico ABC el pasado día 17, el director gerente del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias, HUC, adscrito al Servicio Canario de la Salud, sito naturalmente en Tenerife, no podría jamás estar en otra isla con ese nombre tan largo como grandilocuente, ... publicaba una resolución por la que se establecía la adjudicación del suministro de semen de Banco de Donantes con destino al Servicio de Reproducción Humana. Lo hacía el pasado 30 de julio mediante procedimiento negociado sin publicidad por un importe de 48.800 euros.
Aunque es de suponer que el derecho administrativo permita que se hagan estas adjudicaciones sin publicidad, a los no leguleyos aún les sorprenden las coletillas que suelen llevar esos documentos. Se dice que «contra esta resolución, que no agota la vía administrativa, podrá interponerse en el plazo de un mes Recurso de Alzada», cosa que resulta paradójica cuando el procedimiento es negociado sin publicidad. Pero aunque la Justicia sea algo de sentido común, el derecho es otra cosa bien distinta que ocupa a profesionales especializados en defender a quienes les pagan sus minutas, como dijo Pedro Lezcano en su memorable discurso de investidura como doctor honoris causa por la Ulpgc.
Pero como se está en periodo vacacional y los calores que afectan a las neuronas permiten ciertas libertades y bromas refrescantes, leyendo detenidamente esa noticia del ABC, la cosa no deja de tener su gracia y su trasfondo socarrón. En primer lugar está el término técnico para la descripción del producto comprado: «semen pajuelas». Huelgan más comentarios al respecto, ya que el chiste está servido en libertina bandeja y no se discutirá aquí si las 122 pajuelas contratadas son muchas o pocas pajuelas, el HUC sabrá de cantidades y calidades.
También resulta chocante que, tras las oportunas negociaciones, los licitadores de este concurso, del que no se dirá que fuera secreto aunque sí bastante discreto, hayan sido sólo dos institutos de reproducción catalanes. En realidad dos empresas con forma jurídica de sociedad limitada y no instituciones públicas, como pudiera suponerse sin fundamento.
Aún más sorprende profundizar en determinados detalles de este asunto. Por ejemplo, la alta tecnología y sofisticación que hay detrás de estos procedimientos de fertilidad artificial. De entrada, saber que el semen se conserva congelado en nitrógeno líquido a 196ºC bajo cero, lo que sin duda es mucho frío para esas pajuelas y deja helada la juvenil imaginación.
Y como por estas tierras canarias todo se politiza, sorprende que el gobierno nacionalista no haya aprobado aún un proyecto de ley de medidas urgentes, precisas y convenientes para que los cedentes de tan aparentemente caro líquido elemento, 300 euros por pajuela, no sean preferiblemente guanches de Taganana, Gáldar o de El Sauzal, dejando una cuota proporcional, corregida adecuadamente con un reparto territorial, para la contribución de cada una de las islas a tan peculiar tarea.
Por otro lado, debe suponerse que el semen catalán suministrado es nacionalista cien por cien, con espermatozoides tamaño «king size» y con denominación de origen o pedigrí, si es que en aquellas tierras se ha seleccionado adecuadamente a los donantes con destino a la exportación de su genoma, no vaya a resultar que aquellos fueran emigrantes rumanos, sudamericanos o marroquíes. Es razonable pensar que las autoridades del Servicio Canario de Salud habrán previsto un servicio de traducción para que cuando el bebé reproducido diga «escolta mama», la doña local no piense, como en el chiste, que el vestidito le queda corto y que su mamá se lo alargará. O que, más adelante, cuando le pida poner el «caganer» en el nacimiento, belén dirá el niño con genes subpirenaicos, no es una grosería sino una tradición catalana muy vieja.
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