Cajas de ahorro, ayuntamientos y la Generalitat Valenciana beneficiaron a Álvarez Cascos
Ingresó por exposiciones al menos medio millón de euros cuando salió del Ministerio de Fomento
Cascos ha cobrado 4,7 millones de empresas e instituciones vinculadas con la Administración
Editorial | Negocios, corrupción y ley
Factura de 15.000 euros que la sociedad Aqualiium Spain cobró a Cajastur
Las constructoras no fueron las únicas con las que hizo negocios Francisco Álvarez-Cascos una vez que dejó la política. Distintas instituciones relacionadas con la Administración completan la lista, como la Generalitat Valenciana en la época de Francisco Camps, la Diputación de Pontevedra en ... manos del PP, o la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), bajo el mandato de Gerardo Díaz Ferrán. Distintas cajas de ahorro también beneficiaron al político.
Era público y notorio que su entonces mujer, María Porto, organizaba exposiciones de arte. También que distintos ayuntamientos o cajas de ahorro bajo control del Partido Popular contrataron sus servicios. Porto había sido directora de la galería Marlborough y apenas un mes después de que Cascos anunciara su retirada de la política, el 27 de febrero de 2004, constituyó Aqualium Spain S.L., una empresa de gestión cultural y compra-venta de arte, que oficialmente dirigía ella. Cascos siempre dijo estar al margen de estos negocios. No obstante, de acuerdo a la contabilidad interna a la que ha tenido acceso ABC, el expolítico trabajaba para Aqualium y, de facto, la controlaba.
Según la documentación el exvicepresidente del Gobierno habría percibido de estos organismos más de medio millón de euros, la mayor parte del dinero entre los años 2005 y 2006, apenas un año después de que abandonara la cartera de Fomento que ocupó durante la segunda legislatura de José María Aznar. De esta manera constan servicios por parte del matrimonio Cascos-Porto a Cajastur, la caja de ahorros asturiana absorbida después por Unicaja. En 2005 contrató a Aqualium para la organización de una exposición con motivo de su 125 aniversario, que dedicó a Las Meninas de Manolo Valdés en las calles de Oviedo. La entidad habría pagado 30.000 euros sólo por la primera entrega de la gestión y coordinación del evento. Pero hay más.
Por ejemplo, la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, La Caixa, pagó más de 150.000 euros por la coordinación y gestión de varias exposiciones del escultor polaco Igor Mitoraj que tuvieron lugar en 2005 en distintas ciudades de España -Granada, Mallorca, Sevilla, entre otras- y que formaban parte del programa 'Arte en la Calle' de su fundación. Sus negocios se extendieron hasta 2015. Ese año la entidad pagó más de 40.000 euros por un «estudio emocional» de la exposición 'Animales y Faraones. El reino animal en el antiguo Egipto'.
Entre su lista de clientes figura, además, la Fundación Caixanova (ahora Abanca), de la que el matrimonio percibió un mínimo de 18.000 euros por la exposición de las obras del pintor argentino Alejandro Corujeira en Vigo; por su parte la Fundación BBK, habría pagado a Cascos al menos 120.000 euros por la muestra del escultor Robert Indiana en Bilbao, con cuyas obras Aqualium se fue de gira por España. Su primera parada fue Madrid, donde contó con la colaboración de la Comunidad y el Ayuntamiento, entonces liderados por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón y patrocinado por Kiss FM que pagó a la empresa del matrimonio Cascos-Porto 240.000 euros.
Otro caso llamativo es el de la Generalitat Valenciana en 2006, entonces gobernada por el PP, que también acogió en su comunidad la misma exposición de Indiana. Allí la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunidad dependiente del Ejecutivo de Francisco Camps, hizo una «primera entrega» de 120.000 euros a la empresa de Álvarez-Cascos y María Porto. En la factura figura el mismo concepto: «Gestión, organización y comisariado en exposición».
Ese mismo año, unos meses antes el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) desembolsó casi 50.000 euros de dinero público a Aqualium por la organización y gestión de otra exposición en su Sala de la Muralla, en esta ocasión de Alejandro Corujeira, otro de los artistas habituales de la galería Marlborough. Además de las cajas de ahorro, el matrimonio Cascos-Porto también facturó de distintas Administraciones como la Diputación Provincial de Pontevedra, entonces en manos del Partido Popular, que pagó más de 10.000 euros por la impresión de un catálogo de arte; o la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) cuando lo presidía Gerardo Díaz Ferrán, que abonó al menos 24.000 euros por la edición de 200 grabados.