El ascenso de Delgado a primera categoría, prueba de fuego para el nuevo fiscal general
El Consejo Fiscal cubre hoy una decena de jefaturas sobre las que García Ortiz tiene la última palabra
Madrid
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Iniciar sesiónEl nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quien tomó posesión de su cargo el pasado 5 de septiembre, se enfrenta hoy a su primera prueba de fuego: la de proponer o no como jefa de la Fiscalía Togada del Tribunal Supremo ( ... en la Sala de lo Militar) a su predecesora, Dolores Delgado. La exministra de Justicia y ex fiscal general, de la que García Ortiz fue su mano derecha hasta que abandonó el cargo, en julio, «por motivos de salud», opta, junto con otros 19 candidatos a esta jefatura. Desembarcar en ella supondría su ascenso a primera categoría después de no haberlo conseguido a través de la enmienda con la que el PSOE intentó premiarla tras su cese y que finalmente tuvo que retirar por falta de apoyo.
Y es que Delgado, fiscal rasa de la Audiencia Nacional, volvió a esta condición cuando dejó de ser fiscal general, por lo que obtener esta jefatura supondría pasar a formar parte del grupo privilegiado de miembros del Ministerio Público que conforman la Junta de Fiscales de Sala, el «sanedrín» de la carrera que asesora al fiscal general en materias importantes.
De ahí que todas las miradas estén puestas hoy sobre este concreto nombramiento que García Ortiz podría llevar a cabo aun con la opinión en contra del Consejo Fiscal, donde la Asociación de Fiscales (de perfil conservador), que no la propondrá, tiene seis vocales; la Unión Progresista de Fiscales (UPF) –en la que la propia Delgado «militó»–, dos, y la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales, uno. Su representante, Salvador Viada, ha comunicado su abstención porque su mujer, María Teresa Gálvez, es una de las candidatas. Junto a los nueve vocales electos votan también los natos: la jefa de Inspección, María Antonia Sanz Gaite, y la teniente fiscal del Supremo, María Ángeles Sánchez Conde. Ambas fueron nombradas por la propia Delgado hace apenas unos meses.
Mientras algunos ven en la inclusión de la candidatura de Delgado una forma de garantizarse ese ascenso a primera categoría en tanto se crea la Fiscalía de Memoria Democrática (la ley aún no está aprobada), otros ven una «jugada» para «limpiar» esa imagen de subordinación y continuidad del mandato de Delgado que persigue a García Ortiz desde su nombramiento. Así, el fiscal general propondría a otro candidato en esta ocasión reforzando su independencia.
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Otra de las plazas en liza es la de la jefatura de Anticorrupción, en la que se espera que sea reelegido Alejandro Luzón; y la de teniente fiscal de la Audiencia Nacional, en la que está en juego la renovación de Miguel Ángel Carballo (Asociación de Fiscales) o el nombramiento de Marta Durantez, subordinada de García Ortiz cuando éste era jefe de la Secretaría Técnica.
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