Delgado busca ahora su ascenso en la Sala militar del Supremo

Así que, cuando hace dos meses Dolores Delgado presentó su dimisión como fiscal general del Estado por razones de salud, se convirtió de nuevo en una fiscal de segunda categoría en la Audiencia Nacional, donde se estaba desempeñando antes de hacer carrera política. Tenía la plaza cubierta en comisión de servicios y a su disposición, pero sea por motivos personales o cualquier otra razón, aún no ha tomado posesión de la misma. Puede seguir sin hacerlo hasta el 5 de octubre, según las fuentes consultadas por ABC, las mismas que descartan que acabe volviendo a ese puesto después de conocer que Delgado ha acabado buscando el ascenso por un camino más ordinario pero no exento de dificultad. Aspira a la plaza de fiscal de sala jefe en la Fiscalía de lo Togado, es decir, el orden militar, en el Tribunal Supremo.

Es la única vacante de primera categoría que se ha convocado en la tanda que envió el Ministerio de Justicia al BOE a primeros de septiembre, por lo que no tendrá pocos rivales: otros 19 fiscales, la mayoría procedentes ya del Tribunal Supremo, aspiran a conseguir este ascenso de categoría pasando por la Sala de lo Militar.

Y aunque no son pocos los que dan por hecho que la plaza será suya, igual que Segarra acabó ascendiendo a fiscal de sala al poco de dejar la Fiscalía General, tendrá primero que enfrentarse al Consejo Fiscal más hostil desde su mandato, donde la Asociación de Fiscales tiene una mayoría holgada en detrimento de la Unión Progresista, la suya. Esta asociación ha sido uno de los principales azotes de Delgado durante su mandato, extremadamente crítica ya desde su misma designación, pues habiendo sido ministra de Justicia no veían en ella la apariencia de imparcialidad exigible. «Delgado ha provocado el mayor daño reputacional en la historia de la Fiscalía», llegaría a decir la portavoz, Cristina Dexeus. Ahora, en la asociación lo que apuntan es que habrá que analizar su preparación. Es decir, no se lo pondrán fácil.

En este Consejo Fiscal hay otra novedad y es que tiene representación la Asociación Profesional Independiente (APIF), también muy crítica con Delgado. Sin embargo, el vocal electo, Salvador Viada, podría tener que abstenerse, pues también concurre a la Togada María Teresa Gálvez, fiscal de Anticorrupción de amplia trayectoria. Están casados.

La última palabra, en todo caso, la tiene el fiscal general, Álvaro García Ortíz, nombrado a propuesta de Delgado después de desempeñarse como jefe de la Secretaría Técnica, es decir, como su mano derecha.

Entre tanto, sobrevuela la impresión de que el paso de Delgado por lo Militar, si lo consigue, será temporal. Ya a su marcha en su entorno se daba por sentado que su destino sería la plaza de fiscal de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática cuya creación contempla la última reforma de la ley al respecto. Esa salida habría sido similar a la de Segarra, cuya plaza de fiscal de Sala de Atención a Personas con Discapacidad y Mayores no existía antes de su llegada. El problema es que la de Memoria aún no se ha constituido.