Son pequeñas intervenciones de escaso coste pero tremenda repercusión. Y son muchos los rincones y espacios del Casco , amplio y difícil de abarcar, que precisan de esta cirugía menor, agradecida, demandada y necesaria.
Córdoba es una la única ciudad de España con cuatro sellos Unesco como Patrimonio Mundial. Vive del turismo en gran medida. El Casco es nuestro escaparate y nuestro orgullo y no podemos renunciar a estas tareas de mantenimiento permanentes, por lo que el Ayuntamiento debe darse cuenta de que son actuaciones estratégicas.
Lo está poniendo en práctica: recientemente la Puerta del Puente y ha prometido otra eliminación de cableado para el Bailío o una intervención de limpieza y mejora lumínica en la plaza de la Corredera, por 200.000 euros, tras cumplirse dos décadas de la gran rehabilitación que devolvió la vida a la gran plaza de Córdoba.
Pero hay muchos otros ejemplos de espacios del Casco que requieren este tipo de pequeños gran proyectos de gran valor. El altar de San Rafael en la calle Lineros es uno de ellos y sobre él hay también una promesa municipal para mejorarlo.
Ocurre algo similar con la noria de la Albolafia en el río , que forma parte del escudo de la ciudad. Un hito simbólico e histórico olvidado entre la maleza tras numerosas promesas de todo signo político. Un desastre. La limpieza en la Puerta de Almodóvar , llena de maleza también, y muchos otros lugares que requerien de más mimo. En ello parece estar el Ayuntamiento, pero no hay que dejar de ser constantes.
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