PRETÉRITO IMPERFECTO
El rastro de los ERE
Parece que el caso de los ERE acaba de empezar con las piezas sueltas que, metafóricamente, compondrán el puzzle final
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Iniciar sesiónMientras Susana Díaz intenta zafarse de la alargada sombra de la corrupción en la Junta de Andalucía con un periplo navideño por mantecados y alfajores, desde Estepa a Rute , los cascotes del turrón duro de los ERE le caen a ... mansalva. Ella ha desplegado su escuadrón de cascos azules para contener las embestidas de un virus que no parece tener antídoto ni estrategia de combate suficiente. Había quien creía que la ejemplarizante sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla iba a ser una gran tormenta con final calculado y mitigado por la amnesia cínica y el reduccionismo de la honorable corruptela y los «cuatro golfos». La izquierda se corrompe por el bien de los demás. La derecha, por el de su bolsillo. Esa es la escena moralista. Nada más lejos de la imaginación de muchos. Pedro Sánchez y su entorno han decidido que la lideresa socialista ha de purgar con el entuerto vivito y coleando por la geografía del régimen y su particular plaga de irregularidades. Cual destierro árido e interminable. Esa mezcla de impunidad y control absoluto que escondía la pose altanera frente al caso sistémico del PSOE en Andalucía se apulgara y muestra la arquitectura que movía los hilos, el denso sistema capilar y las pruebas que de manera insistente o se retenían, o se demoraban o perdían validez en el letargo judicial de la rueca hilandera de la jueza Núñez Bolaños .
Los picos de las alfombras se han levantado en los diferentes departamentos afectos en la macrocausa de los ERE y los otros casos familiares (Faffe, Cursos de Formación, Invercaria ...). Pero lo peor es que los actores de reparto, los silentes vigías de las cloacas, los mayordomos que sólo escuchan, empiezan a recobrar la voz de manera milagrosa, la memoria de modo prodigioso y la gestualidad corporal en un instante, señalando ahora cajas fuertes como armarios empotrados de grandes, fuentes documentales perdidas, escondrijos mágicos y enigmáticos códigos. Como el camino de semillas de Pulgarcito para no perderse, el rastro de los ERE también tiene señuelos y pistas que atisban su particular camino de vuelta. Descifrarlo es lo que las 120 piezas judiciales pendientes nos van a proporcionar. Hemos conocido la praxis para saquear 680 millones de euros (más de 100.000 millones de las antiguas pesetas) de las arcas públicas de la Junta. Hemos asistido a la condena no firme de dos expresidentes del Ejecutivo andaluz y 17 ex altos cargos del mismo. Pero da la sensación de que el caso de los ERE acaba de empezar con las piezas sueltas que, metafóricamente, compondrán el puzzle final.
Las tres cajas fuertes de la Agencia IDEA , el funcionario converso, el convenio de Cárnicas Molina firmado por Gaspar Zarrías -el hombre capaz de emular a Nadia Comaneci a la hora de votar por dos-, o la instantánea de Chaves con el comité de empresa de la firma jiennense son esas pequeñas huellas que no van a cesar a poco que se vayan abriendo cada una de las causas y nos revelen al detalle el «modus operandi» en el siguiente escalón de la causa política y la cúpula de aquella pirámide que trazó la jueza Alaya. Por poner ejemplos locales, lo que conozcamos cuando hablemos de Bilore en Lucena , el Matadero de Fuente Obejuna o las ayudas a Promi en Cabra ...
No son tiempos para la lírica en el PSOE andaluz, inadaptado a su nuevo rol y sin capacidad de reacción, parece, ante un mismo sistema que le amenaza con traicionar ciertas claves y ciertos silencios que antes sirvieron de contrapeso.
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