En Pozoblanco para una empresa de Madrid, el teletrabajo como esperanza para los pueblos

Hay quienes ya han hecho ese camino, el de volver a su pueblo natal, un regreso que tiene como punto de inflexión la pandemia. Es el caso de Ricardo Muñoz , que hace un año decidió aprovechar las oportunidades del teletrabajo para vivir de nuevo en su Pozoblanco natal. Lo ha hecho tras estudiar Telecomunicaciones en Málaga y estar asentado personal y profesionalmente en Madrid durante los últimos tres lustros. Sin embargo, su futuro pasa por un pueblo con el que ha mantenido sus vínculos y que ahora es, de nuevo, su hogar.

Aunque no fue hasta julio de 2020 cuando Ricardo, a sus 40 años , decidió volver a Pozoblanco, en principio como algo eventual, ese camino empezó a vislumbrarse en octubre de 2019 cuando entró a trabajar en una empresa « muy avanzada en el teletrabajo y eso era algo que me parecía atractivo, aunque no pensando en cambiar».

Meses después estalló la pandemia y tras esos primeros meses donde el apocalipsis pareció apoderarse del mundo y de una ciudad con tanta vida como Madrid, con la soledad mandando en el día a día, Ricardo puso rumbo a su pueblo natal. «Me planteé que no era necesario estar allí físicamente porque mi empresa no me lo demandaba. En principio lo pienso como algo temporal, pero ya en septiembre decido hacerlo definitivamente y alquilé un piso », apunta.

Ricardo Muñoz valora «positivamente» su retorno y pone en el foco los diferentes ritmos de vida , el hecho de ver que «aquí la vida es más pausada, tus prioridades también cambian». Pero si hay algo que también destaca por encima de todo es que «la vuelta me ha permitido recuperar relaciones sociales, en un pueblo es mucho más fácil tener y afianzar relaciones, también entablar nuevas amistades».

Lo analiza con una vuelta que también se produce en un momento de madurez , con un bagaje personal y profesional muy importante que «no cambiaría por nada por todo lo aprendido en un ambiente más hostil », lo que provoca que ponga en valor que «volver a vivir en Pozoblanco me ha permitido recuperar relaciones, tradiciones y sentimientos. Tienes reminiscencias de cuando eras más joven». Esa madurez, esa estabilidad también ayuda para que «trabajes mucho mejor, aunque a veces sí es verdad que se echa de menos el ambiente de oficina».

Aunque nunca ha dejado atrás sus vinculaciones con su tierra natal nunca es lo mismo vivir en un lugar que visitarlo puntualmente . Este tiempo también le permite analizar los cambios de un pueblo que «también ha evolucionado, se ha abierto en algunos aspectos», al que no le ha costado nada adaptarse ni en el que tampoco se ha sentido un extraño, aunque también se eche algo en falta «la diversidad de las grandes ciudades ».

En su situación se encuentra otras muchas personas que han decidido emprender este camino de vuelta. Por ello Ricardo Muñoz contesta un sí rotundo cuando se le pregunta sobre si la pandemia puede ser una oportunidad para los pueblos. «Yo creo que sí, que puede ser una oportunidad , aunque no sabría decir si la están o estamos aprovechando, pero claro que lo es», sentencia. Él es uno de los que ha escogido esa opción.