La postura del PP la defendió el edil y torero, José Luis Moreno

Una terna en la que el cabeza de cartel ha sido el diestro y edil popular, José Luis Moreno . Toreó por primera vez a los 9 años, pero hubo que esperar al 30 de mayo de 1996 para verle tomar la alternativa en Los Califas , de la mano de Enrique Ponce y frente a «Chupaito», al que cortó dos orejas. Confirmó alternativa en Madrid en 1998. Desde entonces, el diestro sorteó distintas coyunturas en el escalafón taurino donde llegó a cerrar temporadas con más de cuarenta corridas (1999). Desde 2002, su trayectoria se vio relegada a un segundo plano en cuanto a volumen de festejos se refiere, optando por comparecer en plazas de mayor nivel. En 2009, el matador cerró la mejor Feria de Nuestra Señora de la Salud, consiguiendo cuatro orejas. Finalmente, en enero de 2014 anunciaba su retirada uno de los toreros cordobeses más destacados de las dos últimas décadas.

Moreno ha resaltado en el Pleno «la importancia social, cultural, económica y medioambiental» de la tauromaquia . Y luego ha defendido que el toro es la práctica humana que «más respeta la condición natural de la vida de los animales». Ha advertido de que el encuentro entre «la bravura del toro y la valentía del hombre no es maltrato, sino cultura ». Y ha argumentado que es una fiesta protegida legalmente como Patrimonio Cultural Inmaterial.

El edil ha afeado especialmente su postura a la alcaldesa , la socialista Isabel Ambrosio . Le ha recordado que «en numerosas ocasiones ha reconocido la importancia social y económica de la tauromaquia en nuestra tierra». Ha añadido que su postura es «incoherente» respecto a la política que mantiene la Junta , de defensa del mundo del toro. «¿Vamos a hacer aquí todo lo contrario que en Andalucía?», ha interpelado a la regidora, sin que ésta saliera del burladero en el que ha seguido el debate. Sólo lo ha abandonado para emitir su voto de calidad, el que ha permitido que la medida saliera adelante.

Moreno ha concluido con otra advertencia para la primera edil. Le ha indicado que la «incoherencia» en la que ha incurrido «la enfrentará con el sentir de la ciudad, a la que tendrá que dar explicaciones». Ha acabado, entre aplausos del público del Pleno, donde había defensores del toreo, como en sus tardes de gloria en los ruedos.