El Parque de Levante pone a prueba el singular modelo de pradera con arboleda, pero sin mobiliario

Un ejemplo de ello es la iluminación eléctrica . Lo habitual es que un parque tenga buena parte de su superficie cubierta por este servicio. El Parque de Levante solo prevé que tenga luz el camino central que es objeto de las obras que se están desarrollando en estos momentos. Tampoco se han establecido grandes partidas para mobiliario urbano o elementos de estas características que se suelen instalar en los parques.

La pregunta obvia es a qué puñetas se va a dedicar el millón de euros de la Unión Europea con los que se financia el proyecto en marcha. Básicamente, consiste en plantar mil árboles en las quince hectáreas que componen la zona central del parque de Levante y del Molino de los Ciegos. El espacio se ha dividido en dos. Por una parte, se ha dispuesto una zona de humedal en la parte más cercana al cauce del arroyo Pedroches, que divide el ámbito de actuación. En esta zona se plantarán fresnos, álamos, alisos y almezos. La mayor parte del espacio será una dehesa en la que se plantarán encinas, pinos, almezos, algarrobos y cipreses. Un tercer espacio será la zona reservada para huertos comunitarios donde solo se usarán olivos, granados, azofaifos y almendros. El proyecto paisajístico insiste en el uso de especies autóctonas. Los expertos de la Gerencia entienden que son los que mejor se adaptan al suelo y los que tienen más opciones de convertir ese lugar en una arboleda.

No se ha previsto ningún cerramiento como ocurre en los últimos grandes parques realizados por el Ayuntamiento de Córdoba. Desde la polémica por el cierre de los jardines de Colón, se ha entendido en el Ayuntamiento de que es la mejor manera de promover la seguridad en espacios públicos de una cierta dimensión.