DEPENDE...
Los nombres «Populares»
El PP, al proponer Cruz Conde y Vallellano, da validez a la comisión que dictaminó sin rigor su retirada del callejero
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Iniciar sesiónLa pasada legislatura el efímero gobierno que encabezó Isabel Ambrosio puso en marcha un plan para acomodar el callejero de la ciudad a las exigencias de la muy discutible, pero vigente, Ley de memoria histórica de Andalucía . Designó una comisión para analizar ... una serie de nombres de calles con su técnica habitual, empleada en otras -las comisiones eran la especialidad de la casa- como la de la titularidad de la Mezquita-Catedral : orillar el consenso y garantizar el resultado pretendido con una selección de miembros adictos a la causa.
El PP se comportó entonces con suma lealtad del mismo modo que hoy, desde la Junta de Andalucía , demuestra su inequívoco compromiso democrático. Votó a favor de la retirada del nombre de un importante número de calles pero se opuso, con el apoyo de una buena parte de la sociedad, al cambio de otras por entender que no había transgresión alguna de la ley. Por supuesto, lo doy por descontado, si el PP hubiese aceptado el cambio de nombre de esas cuatro calles, la izquierda habría removido el callejero para encontrar alguna que cambiar con la oposición de populares, pues ese era el objetivo último: acusarles -una vez más- de franquistas y alentar divisiones con las que motivar al entonces decaído y desencantado electorado de izquierdas de Córdoba.
Pretende ahora el PP recuperar lo que denomina los nombres «populares» de esas calles, asumiendo la vía ideada por el concejal Emilio Aumente, e incurre en un error evidente. No recuperar los nombres retirados implica aceptar que la decisión adoptada por el gobierno anterior era la correcta, en contra de lo defendido en su momento y de los dictámenes aportados por historiadores independientes. Supone reconocer que la negativa al cambio no estaba basada en el estudio histórico y académico de la trayectoria de las personas afectadas sino en otras razones que aún no se han explicado pero que suenan al oportunismo electoral del que con razón tantas veces acusamos a la izquierda. Y, de aceptar como parece hacerse la legalidad de la retirada de los nombres perpetrada en 2018, la decisión anunciada se acerca peligrosamente a los linderos del fraude de ley .
Aunque llego a una conclusión radicalmente diferente a la suya, y sostengo la absoluta legalidad de los nombres suprimidos, no puedo estar más de acuerdo con una idea expresada estos días por Antonio Deza a propósito de los nombres «populares»: «si quieres poner José Cruz Conde defiéndelo y sé consecuente, buscar subterfugios me revienta más todavía». Amén.
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