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PRETÉRITO IMPERFECTO

Un máster en oposiciones

Al PSOE de Córdoba le saltan las llamaradas en pleno núcleo de poder

Protesta de los bomberos ante el Palacio de la Merced Valerio Merino
Francisco Poyato

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El Palacio de la Merced, la sede de la Diputación de Córdoba , tiene esa pátina lampedusiana de que algo parece cambiar para que todo siga igual. La atmósfera de impunidad en el trapicheo acumula trienios como el más capaz de los funcionarios, ... como el más rancio de los bedeles con carné, como la más liviana de las subvenciones o como el más talentoso de los conspicuos peones que la habitan. Siempre hemos defendido que en esta sede institucional, con iglesia que evoca a la patrona de Prisiones, ocurren más cosas de lo que parece . Y no porque fuera en tiempos morada por Cristóbal Colón para convencer en Córdoba a Isabel la Católica de las ínfulas del Nuevo Continente y su financiación a fondo perdido. Sino porque es tan grande que cabe lo oficial, lo extraoficial, lo ilegal y lo grotesco..., y aún sobra espacio para alguna feria comercial. Aunque parezca una administración inútil y muy costosa, que se ciñe a ejercer de intermediaria bajo comisión de los pueblos pequeños, da mucho juego para cuestiones ajenas a sus cometidos, o para cometidos que no le son ajenos a quienes la gobiernan, que es otra cuestión bien distinta. Siempre señalada como el «contrapoder» del Ayuntamiento de Córdoba, como la corte donde plasmar el poder orgánico con chequera pública o como una simple agencia de colocación y rueda de favores. Como les digo, una institución útil.

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