Mal empezamos

Los políticos actuales , salvo rarísimas excepciones, actúan pensando solamente en su carrera, que no es otra que progresar dentro del partido para conseguir ser candidato a un puesto mejor retribuido, evitando tener que ganarse el pan trabajando en la vida civil donde normalmente les espera un trabajo peor remunerado y sobre el que deben responder periódicamente ante los dueños o clientes para no perderlo. Pedirles que su trabajo y decisiones tengan como único objetivo las necesidades de los ciudadanos a los que representan y de los que cobran es de inocentes. El sistema los cubre con una impunidad que los separa cada vez más de sus representados. Días antes de mi última columna se celebró en Córdoba el último Pleno municipal del año. Duró 8 horas por lo que me atrevería a decir que nada positivo saldría del mismo. Como dice el refranero, «aunque la dulzura halaga, la mucha miel empalaga». En dicho Pleno se habló de todo menos de los que interesa a Córdoba. Hubo mociones sobre la Lomloe (Ley Celaá) , el debate nacional sobre autonomía financiera o la escalada de tensión en el puesto fronterizo de Marruecos con el Sáhara Occidental . Asuntos que escapan de las necesidades ciudadanas y de las competencias de dicho Pleno. Sólo sirven para justificar dietas.

Mientras este nefasto año muere en Córdoba, el nuevo nace sin presupuesto. Recordando las palabras del actual alcalde en 2019, eso puede originar inacción, parálisis y bloqueo para Córdoba . Pues de las ocho horas del último Pleno, a ese problema no le dedicaron ni un segundo. ¿Alguien cree que son bajos los sueldos y dietas que pagamos a algunos políticos?