Huerta de Santa Isabel Oeste, el nuevo barrio de Córdoba condicionado por la arqueología

El barrio de la Huerta de Santa Isabel Oeste pasará por la Gerencia de Urbanismo para la aprobación definitiva de su proyecto de urbanización tremendamente condicionado por la arqueología. En este caso, se trata de elementos para los que no hay debate. En concreto, un complejo de edificios de etapa califal, posiblemente militar, que obligó a recomponerlo todo porque cuenta con unos 20.000 metros cuadrados.

Un informe reciente del departamento de Arqueología de la Gerencia los cambios habidos y por hacer al proyecto para que no afecten a los restos de la zona que son variados y que cubren desde el Paleolítico inferior-medio hasta la etapa andalusí . Edificio militar aparte, se han constatado 90 metros del acueducto romano Aqua Vetus o Valdepuentes y dos instalaciones abastecimiento hidráulicas similares más. Uno de ellos, se cree, servía para el riego. Se han documentado dos grandes cisternas que están parcialmente documentadas.

Más. Los expertos creen que, cuando se empiecen con las obras, se pueden encontrar restos de un 'fundus' romano, una gran propiedad agraria de los siglos I al IV. Aún no se han encontrado edificaciones pero no se descarta que afloren cuando las máquinas empiecen a trabajar. También se stiene constancia de un sistema hidráulico de etapa islámica. En concreto , el acueducto de al-Naura , levantado por Abderramán III que, sí, también hizo acueductos.

El proyecto definitivo se ha desarrollado en el despacho del urbanista Luis Giménez Soldevilla que han tenido que meter todas las canalizaciones interiores de un barrio (incluida la que no funciona, la de recogida neumática de residuos) realizando encaje de bolillos. El barrio se transformó cuando apareció el gran complejo califal generando una zona verde que, hasta el final, ha generado cambios en el diseño.

Obviamente, el barrio se hará con vigilancia arqueológica pero los criterios han pesado hasta el último momento. El gran complejo de dos hectáreas no quedará a la vista. Los promotores habían previsto protegerlo con geotextil, echarle tierra encima y plantar una arboleda de palmeras y otras especies relacionadas con Al ándalus como naranjos, cipreses, olivos, algarrobos, almezos y granados.

Si alguna vez pasan por la zona y ven que no tiene mucha sombra, hay que pensar en lo que existe debajo. Urbanismo ha explicado que algunas de esas especies desarrollarían unas raíces profundas que, dado que se planteaba echarle un metro de tierra encima, acabarían con los restos arqueológicos. La solución ha sido crear una pradera de césped. En el resto del barrio, se ha ordenado que determinados elementos que son más relevantes, como los tramos de acueducto, queden integrados en las urbanizaciones. Además, se han ordenado cambios en desmontes o canalizaciones, como las que llevan las aguas pluviales, para que el nuevo barrio pueda hacerse pero los restos sigan donde están.