El Ayuntamiento de Córdoba podrá parar el Cercanías si el Gobierno no lo financia

La cuestión es que en este mundo fané y descangallado, que decía el tango de Gardel, nadie se fía de nadie . De forma que el Consistorio se ha guardado un as en la manga por si las moscas el Gobierno central, en su actual configuración o en una futura, decide no financiar como está previsto el proyecto de transportes que unirá las barriadas de Villarrubia y Alcolea. Se trata de una cláusula que asegura que, en el caso de que el Gobierno no ponga dinero como ha prometido o si decide financiar solamente una parte del proyecto, el Ayuntamiento tendría las manos libres para cargarse el servicio .

La redacción asegura que el Ejecutivo se ha comprometido a revisar los acuerdos de OSP que quedaron fijados en 2012 y que permitieron que el Ministerio de Fomento se hiciese cargo de la financiación de Rabanales . «Se resolverá total o parcialmente el contrato, si como consecuencia de las revisiones previstas al Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de diciembre de 2012, variara la clasificación del mismo como Obligación de Servicio Público por parte de la Administración General del Estado, en todo el recorrido o en una parte del mismo mediante la suscripción de la adenda correspondiente al contrato», explica el documento revisado ayer.

El Consistorio no ha incluido en la redacción del mismo ninguna

cláusula similar para el caso concreto de que sea la Junta quien falle. El consejero de Fomento, Felipe López , tiene el compromiso de financiar el 40 por ciento del déficit hasta tanto se defina la financiación estatal. Sin embargo, ese compromiso también es verbal puesto que no existe ningún acuerdo firmado al respecto.

El Ayuntamiento se ha buscado una segunda salida por si el cercanías no resultara ser un éxito. La comisión de seguimiento creada -en la que se encuentra la dirección de Aucorsa - podrá modificar de mutuo acuerdo las frecuencias pactadas por razones de interés general. Es una gatera para evitar que el servicio ferroviario de cercanías se convierta en una losa encima de las arcas municipales teniendo en cuenta que la actividad se ha pactado hasta mediados de 2019. Esa comisión puede tocar las frecuencias en cualquier momento y, de forma expresa, en cada prórroga anual del acuerdo. El Ayuntamiento y Renfe pueden prorrogar el cercanías pasados dos años por periodos de doce meses. Todo el mundo da por hecho que el cercanías tendrá un periodo de rodaje para conocer cómo lo aceptan los vecinos y trabajadores de la periferia de Córdoba. Ayer mismo, la plataforma Metrotrén Ya pedía que se aprovechase la firma del contrato para incluir en el trayecto a Almodóvar.

Uno de los problemas que tiene el cercanías de Córdoba es que

nadie sabe lo que va a costar . Renfe ha puesto unas cifras variables de forma que cada tren sencillo eléctrico se pagará a 15,981 euros el kilómetro que se elevarán a 22,273 euros en las configuraciones dobles, que son las que se usarán en las horas punta de Rabanales. Cada viajero transportado reportará a Renfe 0,352 euros más lo que pague por el billete (cuyo precio no se ha anunciado oficialmente, pero que será muy similar a lo que pagan los universitarios ). Con las estimaciones más bajas que se manejan, 116.160 viajeros (a sumar a los 900.000 que van de Córdoba al campus cada año), se estiman unos ingresos por venta de tickets de 120.100 euros . El déficit global asciende a 2,2 millones de euros anuales. La decisión municipal se realiza sobre la hipótesis de que ninguna otra institución pondrá ni un euro añadido. También se fundamenta en que no habrá servicios reforzados para eventos concretos como la Feria, la Semana Santa o determinados elementos del calendario de la ciudad

que precisasen de un refuerzo como el que realiza la empresa municipal Aucorsa. Lo máximo que se plantea en estos momentos son doce circulaciones completas a sumar las que irán exclusivamente a Rabanales. En día festivo o en los fines de semana, se llegará a seis o siete circulaciones por sentido, cinco de las cuales pararán en el campus universitario

El coste definitivo -lo pague quien lo pague- dependerá del uso ciudadano del nuevo servicio aunque la relación sigue siendo clara: es un proyecto de transporte que pivota sobre el presupuesto público ya que el billete que paga el usuario abona una parte muy pequeña de lo que vale mantenerlo. El Consistorio asegura que ha usado la cifra más baja de toda las que se le han puesto encima de la mesa. La pesimista de verdad. La peor posible.