Jam Session de lujo

La fórmula era la conocida como 'The Guitar Conference Band', un combo de guitarristas que a modo de privilegiada Jam reúnen sus cuerdas para compartir repertorio y escenario. Una idea que parte de las reuniones en casa de George Benson para tocar de manera informal y disfrutar juntos. Entre ellos, Larry Coryell, Ulf Wakenius, Pat Martino, y muchos otros.

En Córdoba se presentaron Mark Whitfield, Peter Bernstein y Jesse Van Ruller, usando como base al batería Mourad Benhammou y el Hammond de Phil Wilkinson, que además cubriría en buena medida la ausencia de un bajo en la formación.

El patio de butacas aglutinó la discreta entrada del Teatro, donde no faltaron alumnos del Festival, músicos de la ciudad, algunos guitarristas de jazz como Luis Casado, e incluso Josh Dion, el batería que había tocado con John Scofield la noche anterior.

Mark Whitfield se significó como maestro de ceremonias y líder de la formación, algo así como el que coordinaba todo lo que ocurría. Presentaba algunos temas, a la formación, repartía complicidades y sonrisas y desbordaba musicalidad.

También era autor de algunos de los temas de la noche. Parecía estar como en casa de Benson, con quien tiene una evidente conexión musical. Peter Bernstein es claramente un guitarrista aventajado que ha ido cubriendo etapas en distintas y relevantes formaciones de jazz.

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Valerio Merino

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Su conexión más clara y la referencia, en este caso, sería Jim Hall. Por su parte, Van Ruller pareció el chico recién ingresado en la pandilla, tímido y poco empático con los continuos guiños y conexiones que Whitfield le ofrecía. Circunspecto y sajón, toca muy bien, y muestra el gran nivel formativo del jazz europeo, pero para estas cosas de compartir jams hay que tener más noche y mucha más transmisión en el escenario.

Su mejor intervención, quizá, la compartió con Bernstein en 'Chelsea bridge', de Billy Stroyhorn. Van Ruller parece dominar el repertorio de Joe Henderson, porque también optó por este artista para su pieza en solitario. Peter Bernstein, concentrado, parecía estar a lo suyo, pero sintonizaba perfectamente con el resto de la formación. Solvencia y un bello sonido caracterizaron al neoyorquino.

Mark Whitfield se mostró especialmente brillante y relajado, con evidente dominio del modo blues, como en 'Blues in Maude's Flat', además de ser un interesante compositor, con piezas como 'Without a song'. Consiguió conectar especialmente con Benhammou, un batería carismático y empático.

Wilkinson fue el 'Hammond a su servicio', pegamento de todos, necesario en estas circunstancias, y tuvo tiempo de mostrarse en algunos solos, como en el final del programa oficial del concierto, 'Stablemates', el tema de Benny Golson.

Fue una buena noche, especialmente para los muy cafeteros de la guitarra jazz.