Una escuela de plata

Desde su fundación, esta procesión ha tenido como objetivo «ser una escuela de costaleros , pero también de cofrades, ya que, además de llevar el paso, los enseñamos a montar, cuidar de los enseres y, sobre todo, a respetar y rendir culto a los titulares », explica Jesús Casero, hermano mayor de la corporación del Domingo de Ramos .

En sus inicios, la imagen que procesionaba no era la actual, sino una talla que Manuel Jiménez, hermano de la cofradía, prestaba para el día de salida. Con el paso del tiempo, un grupo de hermanos decidió donar una nueva imagen en 1995, obra de Manuel Luque , bajo el nombre de María Santísima de la Concepción en su Desamparo , que es la que actualmente procesiona.

Son varias las peculiaridades que hacen especial al «pasito chico». Entre ellas, la participación de cuadrillas mixtas de niños y niñas de edades comprendidas entre lo s 8 y los 11 años , o el intercambio de responsabilidades entre la junta de gobierno y el grupo joven. Asimismo, es habitual ver al hermano mayor y a los distintos cargos de la cofradía participando como acólitos sirviendo a los verdaderos organizadores de la procesión, los jóvenes de las Penas. «Tenemos su apoyo y colaboración todo el año, por lo que consideramos que es importante premiarles», confiesa Casero.

Los frutos de esta escuela son más que visibles, ya que del «pasito chico» ha salido « costaleros y cofrades de nuestra hermandad y de otras corporaciones» explica orgulloso el hermano mayor de las Penas. Precisamente, uno de los jóvenes que participó en la puesta en marcha de esta idea hace ya 25 años.