La llamada que basta para hacer frente a la violencia machista

Así lo indica el jefe de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional en Córdoba, Jorge Barrios, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra cada 25 de noviembre. «Lo importante es que los casos de violencia contra la mujer salgan de la esfera familiar y las víctimas acudan a una instancia en que se le pueda ayudar. Ahí estaremos las 24 horas del día, todos los días de la semana, a su disposición para que se pueda empezar a proteger» a quienes sufren estos delitos, asegura el oficial de la Policía Nacional

Cada vez son más las mujeres que denuncian. La sociedad está más concienciada de la necesidad de combatir la violencia machista y, sobre todo, las mujeres están ahora «empoderadas», declara Barrios. Eso hace que ya no tengan miedo a presentar una denuncia, lo que no significa que haya más delitos. Simplemente, las mujeres denuncian más.

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Por desgracia, aún hay quien piensa que poner en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado unos hechos delictivos de esta naturaleza es contraproducente. Para el jefe de la UFAM, «hay un error o equivocación de algunas personas que piensan que no estarán seguras si denuncian. Es todo lo contrario, van a estar más protegidas».

¿Por qué hay mujeres que aún tienen miedo a denunciar? «Por la educación machista que han recibido. Creen que las van a estigmatizar, que les van a dar de lado sus amistades, su núcleo laboral o el familiar. Creen que va a salir algo que debe permanecer en la esfera familiar. Antes había esa cultura que gracias a Dios se está rompiendo con los años», asegura el policía.

Porque precisamente una sola comunicación basta para activar un escudo protector dotado de innumerables recursos. Las mujeres que denuncian a sus agresores cuentan desde el primer momento con un agente a su completa disposición. No se trata un escolta, sino de una figura que ofrece «asistencia telefónica de 24 horas, pero para acompañamiento a juzgados, a servicios sociales u otras atenciones que requieran atención personal, ese policía protector se encuentra cara a cara con la víctima», explica Barrios.

Hay muchas más herramientas a disposición de las víctimas, que se articulan desde la Justicia, la sanidad, los servicios sociales o los propios cuerpos de seguridad, y según argumenta el jefe de la UFAM «todos actuamos de forma coordinada para que la mujer que denuncia se pueda sentir segura y su vida cambie para mejor».

En los últimos años la Policía Nacional no ha detectado un cambio en los perfiles de las víctimas. Lo que sí ha surgido son las nuevas tecnologías para cometer estos delitos, por ejemplo con el ciberacoso, que consiste en «atosigar, atormentar y hostigar a la víctima continuamente, hasta el punto de que le afecta a su vida cotidiana»; o la 'sextorsión', que «causa una gran preocupación en la víctima y puede provocar el suicidio», apunta Barrios. Pero la Policía también sabe usar las nuevas tecnologías para combatir el crimen, como las pulseras de seguimiento que se gestionan desde el Centro de Control Cometa. Todo para ayudar a combatir la violencia machista.