Córdoba registró 30 muertes este verano atribuibles al calor

Este mismo estudio aclara que estos resultados son una interpretación a partir del análisis estadísticos y meteorológicos pero «no quiere decir que todos los fallecidos este verano por causa relacionada con las altas temperaturas hayan sufrido un golpe de calor sino que podrían haberse agravado sus patologías previas hasta el fatal desenlace. De hecho, el mayor porcentaje de esas muertes correspondía a personas que superaban los 85 años las más vulnerables.

En julio de este año, de las 558 muertes notificadas -el doble que en el mes de agosto- sólo ocho fueron atribuibles a las altas temperaturas. De ellas, 15 eran de personas de más de 85 años. En junio de este año, en el que fallecerion 612 personas sólo dos fueron atribuibles a las altas temperaturas.

Los 22 fallecidos el pasado mes de agosto por el calor sólo son comparables con los 20 fallecidos reportados el pasado mes de marzo, igual que los del pasado 20 de enero, en este caso por bajas temperaturas.

En concreto, y en comparación con en junio de 2022 en el que se registraron 731 muertes de las que el Instituto de Salud Carlos III atribuye ocho a las altas temperaturas, se han registrado menos decesos pero con mayor incidencia del calor.

El mes con más mortalidad -tras la pandemia- fue el mes de julio de 2022 con 800 muertes registradas en la provincia de Córdoba el que también registró mayor numero de muertes atribuibles a la temperatura, concretamente 47 personas.

Mientras que el mes de agosto de 2022, de las 689 personas fallecidas, -más del doble de los decesos registrados este pasado agosto- sólo diez fueron atribuibles al calor.

Las defunciones atribuibles al exceso o defecto de temperatura por parte del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III se calculan de la siguiente manera: Se ajusta el modelo con las variables independientes de tiempo y temperatura, obteniendo así la estimación de defunciones esperadas con el efecto del tiempo y de la temperatura.

La diferencia entre ambas estimaciones, da como resultado las defunciones atribuibles al exceso o defecto de la temperatura.

Además se ajusta el modelo con las variables independientes de tiempo, pero sin las variables de temperatura, obteniendo así la estimación base de defunciones esperadas, sin el efecto de la temperatura.

La diferencia entre ambas estimaciones, da como resultado las defunciones atribuibles al exceso o defecto de la temperatura.

Los resultados a nivel de comunidad autónoma o nacional se calculan como las agregaciones de sus provincias. En cuanto al impacto del exceso de temperatura denominado 'Ato' (accumulated thermal overcharge) es una variable sintética que mide el exceso o el defecto de temperatura.

Su uso está basado (aunque con modificaciones) en un modelo portugués de análisis a partir de unos umbrales de disparo de la mortalidad por exceso de temperatura máxima que asignan a cada provincia una temperatura máxima crítica a partir de la cual se observa un crecimiento de la mortalidad.

El ATO se define originalmente, en el modelo portugués, como el número de grados que la temperatura máxima está por encima del umbral de disparo multiplicado por el número de días consecutivos previos que la temperatura máxima ha estado por encima de este umbral.