El Córdoba Patrimonio firma el tercer triunfo consecutivo tras superar al Manzanares (2-4)

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Daniel Aragón

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El choque en tierras castellano-manchegas arrancó con una clara ocasión para ambos equipos. Daniel, en una acción donde Fabio se erigió en salvador, y Pescio, en un mano a mano con Antonio Navarro, rozaron el tanto en el Manzanares Arena antes de llegar al cinco de juego. El buen hacer califal de los compases iniciales se nubló debido a las numerosas faltas cometidas por los de Santoro, que se colocaron con la amenaza del doble penalti antes de llegar al ecuador de acto.

Tal circunstancia, sin embargo, no fue obstáculo para que los andaluces se adelantaran en el marcador. Nicolás Marrón, tras un disparo a la media vuelta, puso el 0-1 en el 12' de juego. Gran acción técnica del pívot catalán. El tanto consolidó las buenas sensaciones de un Córdoba Patrimonio de la Humanidad que creció conforme avanzaba el choque. Prueba de ello, el espectacular 0-2 obra de Hugo Expósito. El de Carcabuey, tras un saque de banda de Murilo, envió a la red el cuero merced a un gran derechazo desde 15 metros. Inmejorable regalo para llegar al tiempo de descanso.

Tras el paso por vestuarios, y apenas sin tiempo para la reacción azulina, llegó el tercero del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Murilo Duarte, tras robar en su propio campo, condujo hasta plantarse ante Antonio Navarro, al que batió con una sutil definición (0-3). Mayúsculo el partido hasta el momento de los de Santoro.

Pero no estaba todo dicho aún en la localidad ciudadrealense. A falta de ocho minutos para el final, Juanlu Alonso apostó por atacar de cinco. En la primera acción con dicha disposición, Daniel logró el 1-3, metiendo a los locales en el duelo en el 33'. Por suerte para los intereses califales, Murilo, desde su propio campo un minuto después, apagó algo la caldera en la que se había convertido el Manzanares Arena (1-4), si bien en la siguiente acción Humberto volvió a apretar el luminoso (2-4).

Zequi, a dos para la conclusión, pudo ahorrar sufrimiento a los califales, si bien pecó de individualismo en una clara contra en la que los locales no tenían portero. Pero no hizo falta. Pese a sufrir en la recta final -Fabio, una vez más, estuvo inconmensurable- los puntos marcharon de forma merecida hacia Córdoba.