Seis razones para dejarse seducir por la guitarra

1. El flamenco. Es el origen del Festival de la Guitarra, creado por el maestro Paco Peña en los años 80 como una cita para la formación y exhibición de este instrumento en el marco del arte jondo. Con el tiempo se abrió a nuevos géneros y también aumentó el público, pero lo flamenco es todavía una gran vocación, y ahí quedó la huella de Paco de Lucía. Este año estará presente el cantaor que quizá lleve el cetro del flamenco en los últimos años: Miguel Poveda, que actuará el 10 de julio en el Teatro de la Axerquía. Antes será el turno de la guitarra. Gerardo Nuñez, Diego del Morao y Dani Morón estarán en el Góngora el día 1 y Juan Manuel Cañizares en el mismo escenario el día 5. Completará el elenco la bailaora María Pagés en el Gran Teatro el día 7.

2. Jazz. Hay quien dice que es pariente del flamenco, y por eso se han entendido tan bien. A uno de los grandes de la guitarra en este género le corresponde abrir el Festival: lo hará Pat Metheny el 30 de junio en el Teatro de la Axerquía. El aclamado músico ha sido habitual en los conciertos y en los cursos en los últimos y garantiza un lleno. El día 3 de julio, también en el Teatro de la Axerquía, será el turno para el guitarrista Mike Stern y el saxofonista Bill Evans. No todo será norteamericano, porque también llegará uno de los grandes del jazz en España. Ximo Tébar se subirá al escenario del Gran Teatro el día 10 de julio con la Ivam Jazz Ensemble, para ofrecer una música mestiza con la mediterránea y llena de calidad.

3. Rock y canción de autor. La tercera gran cuerda del Festival de la Guitarra, hasta el punto de que nadie se imagina este género sin el instrumento. Victor Wooten en realidad llega con un instrumento hermano, el bajo, del que es uno de los intérpretes más importantes del mundo. Lo hace con su banda, voz incluida, en un concierto lleno de fuerza. Será en el Gran Teatro el viernes 4 de julio. Habrá conciertos con acento español, el primero de ellos el día 5, cuando estarán en el Teatro de la Axerquía Leiva, el que fue líder de Pereza, y el granadino José Ignacio Lapido, uno de los grandes del rock poético en español.  También será doble la cita del día 11, con dos grandes: Loquillo, abonado al rock’n’roll más clásico, y Ariel Rot, un músico de larga y exitosa trayectoria, desde Tequila y Los Rodríguez hasta hoy. Joe Satriani tomará el testigo el sábado 12 de julio en el recinto al aire libre.

4. Guitarra clásica. Bach, Piazzolla y muchos compositores clásicos se asoman al Festival a través de los guitarristas clásicos, que reinan para una pléyade de oídos selectos en recitales de pequeño formato. Muchos son viejos conocidos, como Manuel Barrueco, que actuará junto a la Orquesta de Córdoba en el Gran Teatro el día 2, en un concierto ya clásico cada año. David Russell (día 4), Joaquín Clerch (5), The Grigoryan Brothers (8) y Costas Cotsiolis (9) ofrecerán su música en el Teatro Góngora. Más singular será el concierto del día 3 en el mismo escenario, ya que Juan Francisco Padilla y Rubén Rubio dialogarán con el singular violinista Ara Malikian.

5. Los cursos. Otra de las raíces del festival. Reúnen cada año a decenas de músicos de todos los continentes, deseosos de entrar en contacto con lo que puedan enseñar grandes maestros. Hay cursos ya consolidados, como el de Manolo Sanlúcar, «Naturaleza y forma de la guitarra flamenca», y en ese ámbito también estará el cordobés José Antonio Rodríguez. En formato más reducido, han despertado mucho interés las clases magistrales, en un solo día, pero con nombres ilustres: Mike Stern, Ximo Tébar y Ariel Rot. En el ámbito de la clásica, los guitarristas disfrutarán de uno de sus ídolos absolutos, Leo Brouwer. El baile flamenco tendrá a Javier Latorre, Inmaculada Aguilar, María Pagés y Eva Yerbabuena.

6. Una ciudad que disfrutar. No sólo de música vive el hombre o la mujer. Quien visite Córdoba podrá disfrutar de una ciudad llena de atractivos culturales y gastronómicos. Adentrarse en la Judería y descubrir la Mezquita-Catedral es algo que todo el mundo debe hacer al menos una vez en la vida, porque son acogedores incluso en el riguroso verano. Medina Azahara y los barrios de la Axerquía son sorpresas menos masivas pero igualmente gratas. Córdoba es una ciudad para pasear y allí se descubren lugares magníficos para tapear y disfrutar de una gastronomía tan rica como nutritiva.