Albares defendió en diez minutos la oficialidad del catalán en la UE ante el rechazo mayoritario

El ministro volvió a ningunear el euskera y el gallego en su segundo intento europeo con las lenguas cooficiales

Albares planta a la ONU para simular sin éxito su apoyo al catalán en la UE

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, en Luxemburgo efe

En su segundo intento fallido para convertir en oficiales en la UE las lenguas cooficiales en varias regiones españolas, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se refirió en su argumentario exclusivamente al catalán e ignoró tanto el gallego como el euskera, ... según fuentes que tuvieron acceso al contenido del Consejo de Ministros de Asuntos Generales celebrado el pasado martes en Luxemburgo. Al término de la reunión, Albares dijo sin embargo que el objetivo de sus gestiones sería un reconocimiento «en igualdad de condiciones», a pesar de que es sabido que la inclusión del catalán en la lista de lenguas oficiales de la UE es una de las condiciones que plantean los independentistas para apoyar la investidura de Sánchez.

El siguiente objetivo del Gobierno en este campo es la elaboración de un informe destinado a la Comisión Europea y en el que pretende demostrar que su compromiso de hacerse cargo de todos los costes económicos que implicaría la inclusión de nuevas lenguas evitaría las consecuencias negativas de esta decisión y que admitir las lenguas regionales españoles sería «un caso único» que no tendría consecuencias para otros países.

Hasta ahora, el ministro Albares se ha limitado a seguir el mismo argumentario de los independentistas acerca de la importancia de la lengua catalana y que se basa en que tiene un mayor número de hablantes que muchas de las que sí tienen la condición de oficial en la UE. Probablemente por ello, en el transcurso de las deliberaciones en el consejo de ministros, Albares se refirió únicamente al catalán e ignoró las otras dos que formalmente están en el mismo proyecto.

La idea de priorizar el catalán ya fue mencionada por el ministro en el consejo anterior, el 19 de septiembre, supuestamente para no abrumar a los representantes de países que vacilan ante la idea de añadir de golpe tres lenguas oficiales a la lista de 24 actuales. Según dijo entonces, la prioridad otorgada al catalán era simplemente una manera de minimizar el impacto de su propuesta, aunque entonces varios ministros dijeron que en la reunión Albares había mencionado siempre las tres.

En esta ocasión, el representante del Gobierno español dijo que su objetivo sigue siendo el reconocimiento «en igualdad de condiciones» de las tres lenguas cooficiales y solo sugiere «una aplicación secuencial» para «facilitar» su admisión como lenguas oficiales, mientras que fuentes que han tenido acceso a la reunión de ministros confirmaron que, al contrario, «Albares solo se refirió al catalán». El Partido Nacionalista Vasco (PNV) había advertido de que priorizar al catalán y por tanto orillar al euskera «no ayuda a la investidura de Pedro Sánchez».

Para Albares, la posibilidad de que se aprueben las tres lenguas a la vez «no está descartada», aunque por encima de todo el objetivo es «acelerar el tema» ya que el reconocimiento oficial del catalán se trata de una imposición específica del expresidente catalán huido de la justicia, Carles Puigdemont para apoyar a Sánchez en las Cortes Generales.

Diez minutos

En esta segunda ocasión, la discusión duró apenas diez minutos y Albares tuvo el apoyo de los representantes de Portugal, Rumanía y Chipre, pero cosechó también el rechazo indiferente de una mayoría, entre ellos Alemania e Italia, que considera, como dijo el ministro de Letonia, Krisjani Karins, que «este no es el tema número uno para la UE», dado que en estos momentos hay «otras preocupaciones, por ejemplo la situación geopolítica y la posición geoestratégica de Europa en el futuro». Hasta ahora, esta fue la desautorización más contundente de las aspiraciones de Albares, que no tienen nada que ver con los intereses de la UE, sino que solamente obedecen a criterios exclusivamente de necesidad para Sánchez.

Las negociaciones para una nueva investidura del presidente del Gobierno ya están contaminando la política europea en otros campos. En efecto, el Gobierno también mantiene bloqueada la aprobación de la ley electoral europea, precisamente porque inquieta a algunos de sus socios, como el mencionado PNV, dado que impone una horquilla de entre el 3,5% y el 5% de votos para obtener diputados europeos. España es ya el único país que no ha ratificado esta nueva normativa y, si no lo hace, los demás Estados miembros no podrán aplicarla en las elecciones europeas de mayo y junio del año que viene.

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