Albares planta a la ONU para simular sin éxito su apoyo al catalán en la UE
Se topa con el portazo de Lituania y Letonia, que le afean que hay asuntos más urgentes
Junts, tras el segundo intento fallido de oficializar el catalán en la UE, advierte a Sánchez de que está en «tiempo de descuento»

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, dio ayer una nueva muestra de profesionalidad como diplomático, al aguantar impasible una invectiva cargada de acidez y casi de desprecio por parte de su colega letón, Krisjani Karins, que al entrar en ... el consejo de ministros de Asuntos Generales mandó a paseo su segundo intento de hacer aprobar la oficialidad de tres leguas regionales españolas en la Unión Europea. «No creo que este sea ahora mismo el tema número uno para la UE. Tenemos otras preocupaciones», dijo al entrar en la reunión celebrada ayer en Luxemburgo, que es una forma poco sutil de zanjar un asunto que requiere la unanimidad de todos los países miembros.
Por segunda vez el ministro abusó poco elegantemente de la posición de España como presidencia semestral y forzó una discusión que de otro modo habría tenido muchas dificultades para entrar en el orden del día. Como en el primero intento, Albares se envió una carta a sí mismo e intervino personalmente en una reunión que estaba presidida por su subordinado, el secretario de Estado para Europa, Pascual Navarro. Había prometido a los demás países presentar un informe en la reunión de ayer, pero en realidad se contentó con utilizar el argumentario que le habían preparado, con el entusiasmo legendario que es habitual, en la Generalitat de Cataluña, que por otro lado llenó Bruselas de carteles promoviendo el catalán.
El ministro insistió ante la prensa en que por ahora ningún país ha rechazado categóricamente apoyar su petición, aunque eso se debe a que los representantes de los demás países también son diplomáticos y conocen también las virtudes de la impasibilidad. Hasta Eslovenia, que tradicionalmente ha demostrado una injustificable simpatía por los secesionistas, ha pedido que se profundicen los estudios técnicos y jurídicos antes de entrar a debatir el tema. Alemania ha sido bastante escéptica y muy «diplomáticamente» ha pedido más informes, mientras que la ministra francesa, Catherine Colonna, la dicho que su Gobierno analizará la petición del Gobierno socialista «con mentalidad abierta». En cualquier caso, Junts apremió ayer al Gobierno exigiendo que se fije ya «una fecha definitiva» para la oficialidad del catalán en la UE. «Estamos en tiempo de descuento», avisaron los de Carles Puigdemont.
Mientras, buena parte de la atención de la comunidad internacional estaba ayer puesta en la reunión ministerial convocada en el Consejo de Seguridad, el órgano de poder de la ONU, para tratar la situación en Oriente Medio, en plena guerra de Israel contra Hamás. Pero allí no estaba Albares, en una muestra más del débil papel de España en el asunto que marca ahora la agenda internacional. Los jefes de la diplomacia de países de todo el mundo acudieron a la sede en Nueva York de la ONU, entre otros los de EE.UU., Israel, de la Autoridad Palestina, Reino Unido, Alemania o Francia; además de multitud de jefes diplomáticos de países árabes y europeos.
Estaban previstas hasta 86 intervenciones durante la sesión y España no tenía hueco hasta el puesto 79. Mientras que muchas delegaciones enviaron a sus ministros de Exteriores o el rango inmediatamente inferior, España estuvo representada por la embajadora interina ante la ONU, Ana Jiménez de la Hoz. Es una muestra más del poco peso español desde que se desató el conflicto, como el hecho de que España no haya estado incluida en las llamadas del presidente de EE.UU., Joe Biden, con socios occidentales para encontrar posturas comunes a la situación de Oriente Próximo.
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