La alargada sombra de Iglesias sobre la dirección de Podemos

Es un ejemplo de que el núcleo decisorio de Podemos va más allá de las personas que lo componen de forma orgánica. El caso paradigmático está en el exvicepresidente del Gobierno y exsecretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que ejerce su influencia en la hoja de ruta del partido a nivel interno y externo después de haber dejado la política tras su mal resultado como candidato en la Comunidad de Madrid en 2021. El 30 de enero Iglesias dijo en 'Cadena Ser' que el PSOE cometerá «un error» si pacta con el PP «volver al Código Penal que permitió la sentencia de La Manada». En la siguiente rueda de prensa, los portavoces de Podemos repitieron el concepto «Código Penal de La Manada» hasta cinco veces.

Fuentes socialistas consideran que detrás de la campaña de Podemos contra la reforma del PSOE del 'sí es sí' está la mano de Iglesias. Aunque desde el partido acusen de machismo a quien lo plantee porque, según dicen, anula el liderazgo de Ione Belarra, Iglesias sigue siendo parte sustancial de la materia gris de Podemos por ser el director del Instituto 25M República y Democracia. No es tan conocido como el partido, pero se trata de su laboratorio de pensamiento, donde reflexionan sobre estrategia política, cultural y socioeconómica con el objetivo de generar un impacto en la opinión pública a través de que el partido materialice sus ideas.

En calidad de director de esta institución cerró la 'Universidad de Otoño de Podemos', en noviembre. No lo hizo Belarra, secretaria general del partido y ministra. Iglesias criticó con dureza a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, después de meses de tensión subyacente por negar a Podemos un peso preferente en Sumar. Y la acusó de querer que el partido pierda fuerza en las autonómicas y municipales del 28-M. «¡Hay que ser estúpido!», gritó allí; y añadió: «¡Ay de aquel o aquella que se atreva a faltar el respeto a la militancia!». También la culpó de doblarse ante el poder mediático y económico para ganar simpatías.

Mientras Albert Rivera y Pablo Casado, expresidentes de Ciudadanos y PP, liderazgos coexistentes con el Iglesias, están apartados de la actualidad política y mediática, en Podemos tienen que capear con la intensa presencia pública de su fundador. Su embestida a Díaz dejó desarmado al partido, que negó que Iglesias estuviera hablando de Díaz para que a las pocas horas él mismo aceptase que sí lo hacía. En más de una ocasión, los portavoces de Podemos han tenido que recordar en sus ruedas de prensa que la líder es Belarra porque las constantes opiniones del exlíder fuerzan al partido a tener que posicionarse después.

Los lunes participa en una tertulia política nocturna en la 'Cadena Ser' y también de lunes a jueves dirige el podcast 'La base', en el diario 'Público'. En este espacio fue donde Iglesias dedicó una suerte de especial a criticar a los medios de comunicación de línea editorial de izquierdas, a los que tildó de «progresía mediática», cuya expresión ahora utilizan con frecuencia dirigentes como Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso (su último tuit, el 2 de febrero). También interviene con frecuencia en 'RAC1' y tiene columnas de opinión en los digitales 'CTXT', 'Ara' y 'Gara' .

«Habrá siempre quien diga que, incluso en el mundo de la derecha mediática, hay profesionales valiosos o incluso periodistas precarios sin malas intenciones», escribió el lunes en 'CTXT', y siguió: «¿Qué quieren que les diga? También en el ejército de Hitler había buenas personas». Es su forma de polarizar la izquierda y dinamizar a Podemos desde fuera, de la misma forma que lo hizo en 2020 contra el periodista Vicente Vallés desde la sala de prensa del Palacio de la Moncloa y en calidad de vicepresidente segundo.

En febrero de 2020, en la 'Ser', marcó el paso a Podemos señalando que la reforma laboral debía apoyarse en los socios de investidura y criticó al PSOE por pensar que «aún siguen gobernando en solitario». Podemos salió después a defender exactamente la misma estrategia. También fue el primero en articular un discurso contra Sánchez por el envío de armas a Ucrania, que Belarra lidera hoy a capa y espada. Hay más ejemplos fuera de lo declarativo. Una búsqueda rápida en la página web del 'Instituto 25M' encontramos ideas que Podemos implementa en su agenda. «Lawfare» (guerra judicial), con el que cargan contra la Justicia en casos como el Isa Serra y con episodio especial en 'La Base'. Queda nada para que lance 'Canal R(e)d', su plataforma de streaming que estará ligada al partido y desde donde continuará con la guerra cultural.