España es hoy Polonia 2.0
Sánchez desprecia la preocupación de la Comisión Europea sobre la amnistía
PSOE y Junts pactan negociar un referéndum y una amnistía de 2012 a 2023
Lee el documento íntegro del acuerdo
Directo: Pacto PSOE-Junts para la investidura de Pedro Sánchez
Adrián Vázquez Lázara
Desfachatez, según la Real Academia Española: descaro, desvergüenza.
Exactamente esa es la categoría en la que se ha colocado el Gobierno, con el presidente en funciones Pedro Sánchez a la cabeza, desde que adoptó el curso de colisión con la justicia, la constitucionalidad y la ... decencia política al pactar una amnistía para golpistas, corruptos y malversadores con tal de sacar adelante su investidura.
Desfachatez para criticar a Polonia y Hungría por atentar contra el Estado de derecho y luego ir más allá de lo que van los gobiernos de ambos países en el asalto a la separación de poderes.
Descaro para manipular el rechazo que la sociedad española está expresando hacia la amnistía utilizando a los extremistas violentos y manejando los instrumentos mediáticos e institucionales en el trágala de la amnistía al delincuente fugado Puigdemont y a cientos de responsables de graves delitos.
Y desvergüenza para, horas antes de anunciar el pacto con Junts, contestar como contestó el miércoles por la noche Félix Bolaños, ministro de la presidencia en funciones, al comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, que le pidió formalmente explicaciones sobre la ley de amnistía.
Reynders, con el que me he reunido en numerosas ocasiones en mi calidad de presidente de la Comisión de Justicia del Parlamento Europeo, dice que Bruselas está «seriamente preocupada» por el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial y por el proyecto de la amnistía, y que la Comisión «sigue comprometida con el seguimiento y la defensa de los valores fundamentales de la Unión en todos los Estados miembros y seguirá trabajando con las autoridades españolas para garantizar el respeto al Estado de derecho».
Ante tamaña bofetada que cuestiona la seriedad de España, Bolaños sostiene en su cínica misiva de respuesta que en estos momentos el Gobierno en funciones «no tiene capacidad para presentar proyectos de ley», que eso de la amnistía es cosa «de los grupos parlamentarios, y no del Consejo de ministros», y que, bueno, si se registra esa proposición de ley «ya se lo explicaremos».
El cóctel de chulería, prevaricación y cobardía es coherente con el nivel Polonia 2.0 en el que se sitúa la deriva de este Gobierno. Es una respuesta absolutamente impropia de un Ejecutivo que, no contento con chocar con el Poder Judicial, la oposición democrática y la mayoría de la sociedad, menosprecia y desaíra a la Comisión Europea: no está interesado en escuchar a nadie distinto de los golpistas, delincuentes y descendientes de terroristas que le dan sus votos para la investidura. «Ya se lo explicaremos».
Ni tolerable ni aceptable, dice Felipe González, «avergonzado» de que se negocie la ley de la amnistía con los delincuentes que se van a beneficiar de ella. Pero este socialista, expresidente del Gobierno, no es más que otro estorbo para Sánchez en su huida hacia adelante, en su carrera de irresponsabilidad y polarización que pone en peligro la convivencia entre los españoles y exhibe un desprecio hacia los valores democráticos y europeos que todos pagaremos.
Secretario general de Ciudadanos, es presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo
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