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El show no era solo de Truman

Los políticos copan espacios hasta ahora reservados a Preysler o Pantoja

MAYTE ALCARAZ

Si Mariano Rajoy no fuera un hombre metódico no se levantaría todos los días a las siete ni haría cinta hasta las ocho menos cuarto ni se ducharía en un cuarto de hora. Si no fuera prudente, contaría en público que Jean-Claude Juncker le ... parece un «bienqueda», que Hollande es «simpatiquísimo», o que a Merkel le tuvo que decir, cuando le exigió que bajara más el déficit, algo así como «Angela, si me pides que pierda 15 kilos de peso, no puedes exigirme que lo haga en una semana». Si no fuera discreto, habría hecho público que en 2012 «pasé las de Caín, sobre todo aquel jueves en que un grupo de listos nos reunimos en Moncloa para ver qué hacíamos para evitar el rescate». Incluso si perdiera el pudor habría alardeado de que su hijo Mariano, de 15 años, hace vela, y bastante bien, en Valmayor y Alicante.

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