Sánchez llamará a Rajoy la semana próxima para reunirse

El PSOE exige que el presidente vaya al Congreso antes de la cumbre de la UE

Mariano Rajoy esta semana REUTERS

GABRIEL SANZ

04/02/2016
Actualizado a las 08:32h.

Pedro Sánchez llamará la próxima semana al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para citarle a una reunión como las que está manteniendo desde ayer con todos los grupos políticos, aunque no le va a pedir el apoyo o la abstención del PP en su ... investidura. «No me lo planteo», dijo ayer en la rueda de prensa que ofreció para valorar los primeros encuentros de su ronda con todas las formaciones políticas. Sobre todo, porque el propio Rajoy ya ha dicho que el PP no votará a ningún candidato que no sea él. El líder socialista volvió a mostrar su «respeto» por los siete millones de votantes pero se lamentó de las prisas que les han entrado tanto al PP como a Podemos para que la investidura sea pronto. En concreto, el 16 de febrero, como pidió la vicepresidenta primera, Celia Villalobos.

Sánchez ironizó diciendo que lo que puede hacer Villalobos es proponer que Rajoy comparezca en el Pleno para consensuar la postura que va a llevar como presidente en funciones al Consejo Europeo de los días 18 y 19 de febrero, tan solo dos días después de ese pleno. El PSOE así lo va a proponer formalmente porque un total de 500.000 españoles viven en Reino Unido y les afecta, y además la cumbre de la UE es «muy importante» porque también va a analizar la política de refugiados.

«Esto empieza bien»

El líder socialista acabó la primera jornada de contactos con la sensación de que «esto empieza bien» , tras verse con Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias e Izquierda Unida. « Se ha abierto una enorme oportunidad para la política española de poner fin a cuatro años de gobierno del PP y abrir una nueva etapa para un gobierno progresista y reformista como la que ha formulado el PSOE». El líder del PSOE no se va a reunir con Bildu pero sí lo hará con los independentistas catalanes de ERC y DiL. «Me sentaré, pero para decirles que no compartimos su hoja de ruta, que el PSOE está en respetar la Constitución española, la legalidad democrática, el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y que rechazamos la deriva soberanista que intenta situar a Cataluña fuera de la legalidad democrática. Me sentaré con ellos para decirles que no a su proyecto y también por respeto a sus votantes».

Al igual que hiciera la dirigente de Compromís, Mónica Oltra, en una crítica nada velada a Pablo Iglesias, Pedro Sánchez señaló en su balance final del día que «hemos hablado mucho de políticas, no hemos hablado del con quién sino del para qué». Los cuatro grandes retos sobre los que va a pivotar su oferta de gobierno, recordó, son: luchar contra el desempleo y la falta de oportunidades laborales, luchar contra la desigualdad, luchar contra la corrupción, regenerar la vida democrática y resolver «la crisis de convivencia que ahora mismo se vive en Cataluña».

ERC y DiL avisan al PSOE

Ante la ronda iniciada por Sánchez, el portavoz de DiL, Francesc Homs, pidió ayer a Sánchez que no «vete» a su partido «si realmente quiere ser presidente del Gobierno», mientras que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, invitó al líder socialista a aprender del pacto entre Junts pel Sí y la CUP. Por parte de ERC, su máximo responsable en el Congreso, Gabriel Rufián, también criticó que Sánchez deje a su partido fuera de sus contactos iniciales.

El PNV ha avanzado que acudirá el sábado a la reunión con Sánchez –vendrá el presidente del partido, Andoni Ortuzar– «sin líneas rojas» previas y con el ánimo de «escuchar y conocer cuáles son sus planteamientos», según comentó su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.

Los socialistas esperan del PNV un trato deferente porque el PSE tiene un pacto presupuestario con los peneuvistas en el País Vasco que le está permitiendo al lendakari, Íñigo Urkullu, no depender de los apoyos de Bildu ni del PP. Los vascos quieren, a medio plazo, que el futuro gobierno socialista ponga en marcha beneficios penitenciarios para los presos etarras, una vez acabada la violencia de ETA.