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El rechazo de Díaz y el debate de la prisión permanente dejan tocado al PSOE

La presidenta andaluza confirma que no acudirá a la Escuela de Gobierno del partido

Javier Solana reconoció el daño que ha causado el debate sobre la prisión permanente y criticó abandonar el pacto educativo

Pedro Sánchez. esta semana en el Congreso de los Diputados Jaime García | Vídeo: Esta semnaa, Sánchez insistía en rechazar la prisión permanente revisable (EUROPA PRESS)
Víctor Ruiz de Almirón

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Cuando se apela a la unidad es porque se carece de ella. El PSOE deja atrás una semana dura, en la que ni la acción política ni situaión orgánica han traído buenas noticias. Y lo peor es que no hay un horizonte a corto plazo que haga pensar en un cambio de dinámica. El debate sobre la prisión permanente revisable en el Congreso de los Diputados ha golpeado muy duro en las filas socialistas. Y eso que no existe una discrepancia de fondo con la posición del partido. «Es muy injusto todo lo que nos está pasando» , planteaban ayer miembros del partido en la Escuela de Buen Gobierno. Recordaban que el PSOE endureció el Código Penal cuando gobernó y que ahora ha sido víctima de «una emboscada» por parte de PP y Ciudadanos. Ese es el sentir general.

Pero lo sucedido en el Congreso de los Diputados revela muy bien que el grupo parlamentario sigue siendo un problema. «Se ha renovado la dirección, el Comité Federal, pero no el conjunto del grupo», decían ayer desde Ferraz. ¿Por qué el PSOE dejó de pedir prórrogas de enmiendas a la ley como venía haciendo si lo que quería era demorar este debate? No hay respuesta, pero solo puede ser un error. ¿Por qué los dos miembros en la Mesa no lo solicitaron después?

Descoordinación

Las miradas se vuelven hacia Juan Luis Gordo y Micaela Navarro, los dos miembros socialistas en el órgano de control de la Cámara. Y se recuerda el intento de Pedro Sánchez tras ganar las primarias por sustituir a Gordo para tener en ese puesto clave a una persona de confianza. La descoordinación entre Ferraz y el grupo parlamentario que muchos diputados venían denunciando se ha hecho ostensible de forma fatal.

A ese ambiente alicaído contribuyó ayer el exministro Javier Solana durante su intervención en la Escuela de Gobierno. Probablemente no era su intención–«siempre que me llaméis estaré aquí», había dicho previamente–, simplemente que Solana opera ya como hombre libre, muy alejado de las cuestiones orgánicas. Y desde esa atalaya hizo una retrato clarificador de la realidad del PSOE.

En un mensaje tanto a Sánchez como a sus críticos, el histórico dirigente pidió «que seamos un poco más elevados en nuestra reflexión», que «no puede ser baja, tiene que ser alta, con la mejor voluntad, con las mayores ganas de llegar a acuerdos, desde las partes orgánicas a las no orgánicas».

Pretendió Solana aleccionar a todas las sensibilidades del partido. Y aunque de forma conciliadora, llamar al orden: «La tristeza que habéis vivido todos no se debe volver a repetir. En esto sería muy contundente. La responsabilidad es de todos , pero hay que tirar para adelante. La sociedad nos necesita». Por momentos apesadumbrado, Solana fue un prodigio de sinceridad: « Veo a mi partido con tristeza . Sí, estoy triste cuando miro a mi partido es un momento en el que todos tenemos que cambiar nuestro modo tristeza a modo optimismo».

Críticas a la estrategia

Lo peor no fue eso, porque en Ferraz entienden que esos mensajes interpelan también a los sectores críticos con Sánchez. El problema vino cuando Solana entró de lleno a cuestionar la línea de la dirección en los últimos acontecimientos. Así, se refirió a lo sucedido con el debate sobre la prisión permanente revisable. Y aunque no cuestionó la posición del partido, sí constató la mala sensación que ha dejado: « Ese debate parlamentario deberíamos haberlo ganado y lo hemos perdido . Seguramente somos los que más lo hemos perdido. Todos estáis de acuerdo y sabéis de lo que estoy hablando».

Y lo que sí criticó abiertamente ha sido la decisión del PSOE de abandonar el pacto educativo. « Tengo mis dudas sobre no habernos quedado en el tema de la eduación . España necesita un pacto educativo y nosotros debemos pedir el pacto educativo. No debemos levantarnos de una mesa del pacto educativo». Aplusos y a digerir la cuestión. «La verdad es que nos ha dado caña», reconocía después uno de los asistentes a su conferencia.

En la planta noble de Ferraz las sensaciones no están siendo buenas con las noticias que están saliendo de la Escuela de Buen Gobierno. Las palabras de Solana sorprendieron negativamente. Aunque en la inauguración Zapatero había levantado los ánimos avalando la gestión de Sánchez, lo cierto es que su apelación a que «todos» deben contribuir a lograr la «máxima unidad» es también un mensaje a Sánchez. La unidad interna debe lograrse «queriendo a todos, dejando espacio a todos», había dicho el expresidente del Gobierno. Solana se sumaba ayer «este partido tiene que estar unido, tiene que estar pensando en el futuro». Su alegato cayó en saco roto al coincidir en el tiempo con la confirmación oficial de que Susana Díaz no acudiría finalmente al foro , frustrando la foto de unidad que perseguía Sánchez.

Díaz confirmó ayer desde Jaén que su agenda institucional le impedirá participar en el cónclave socialista: «Como yo más ayudo al PSOE es haciendo mi trabajo y demostrando que en Andalucía se gobierna de otra manera». La presidenta andaluza participa mañana en Sevilla a la una de la tarde en un acto por el aniversario del Colegio de Ingenieros de Andalucía Occidental.

En la dirección federal se asumía la ausencia, y solo atribuían que hubiera tardado tanto en hacerla oficial por «su afán de protagonismo». En Ferraz están convencidos de que «quien queda mal es ella» porque se la ha invitado y «ella había dicho que estaba a disposición del partido». Díaz y Sánchez mantienen así sus caminos paralelos pero nunca convergentes.

Un apoyo inesperado

Caía ya la noche en el madrileño barrio de Villaverde cuando entre la desesperanza el líder encontró un aliado inesperado en el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que se destacó en la disputa interna por su apoyo a Díaz y sus ataques a Sánchez: «Pedro, vengo de Vigo, llegué hace una hora, dentro de una hora me tendré que ir, pero te tengo que decir que en mi ciudad queremos que seas presidente del Gobierno de España, vamos a trabajar y vas a ser el próximo presidente del Gobierno de España».

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